El día del Juicio, ¡Pa' qué quiero calzones!

Es lo que decía mi abuelo, cada vez que algo tardaba en bienlograrse, o cuando, de a tiro, no había solución inmediata para un contratiempo cualquiera.

Y hoy comprendo los distintos niveles de ese 'dicho', actuar es nuestro imperativo predominante.

De Manuel García Morente [Tocayo en apellido de aquel otro admirado: García Icazbalceta], rescato lo siguiente:

"El hombre no es pura técnica. La técnica no tiene valor sino en tanto sirve para que el hombre llegue a ser lo que aspira a ser; en cambio, la ética es la expresión auténtica del ser del hombre. Y claro está que no es menester que el hombre sea realmente ético; basta con que quiera serlo. Cuando el hombre, respondiendo a impulsos inferiores es infiel a su propio ideal; cuando es infiel a su auténtico destino, cuando incurre en un acto que no sirve para acercarlo al ser que él quisiera ser, comete lo que se llama "pecado". Pecar es realizar un acto cuya finalidad es contraria a la ética, o sea a la consecución del ideal que alienta en cada uno de nosotros, desde nuestra juventud hasta nuestra vejez. Es posible que ya en el ocaso de nuestra vida encontremos que no hemos logrado ser lo que quisimos ser, pero tendremos la conciencia tranquila si cuanto hemos hecho, si todos nuestros actos se han orientado hacia la consecución de ese fin supremo de nuestra vida. Y cuando revisando el pasado, hallemos algunos actos [186] que han sido contrarios al logro del ideal propuesto, sentiremos remordimientos y diremos "pequé".
La ética, pues, no es otra cosa que la manifestación de ese ideal, de ese tipo o modo de ser que el hombre no es, pero que en cada momento de su vida quisiera ser."


Manuel García Morente "El cultivo de las humanidades", Conferencia pronunciada en la Universidad de Litoral (Santa Fe, Argentina), el año de 1938.
Publicada en: Manuel García Morente, "Estudios y Ensayos", Porrúa, Col. "Sepan cuántos...", Núm. 621, pp. 185-186. México. 1992.

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