Merde...! Ónde están los lectores de Cortázar...?

Publiqué una cita de Cortázar apenas ayer... con el título del libro equivocado.

Puse "64" en lugar de "62".

El intelecto nos puede jugar malas pasadas, el 64 es un número eminentemente intelectual, ligado de por sí al tablero de ajedrez, de allí que lo más natural es que el hecho mismo de incluirlo en el título de un libro cualquiera, y más si este libro está ligado a alguien con la altura [en todos los sentidos] de Cortázar, sea como un suspiro: algo natural.

Empero, la capacidad de observación que hace del crítico y sus críticas algo válido, deviene en la incapacidad de asimilar todo lo que se consume. Lecturas, música, convesaciones, opiniones...

En algún post de un blog cuyo nombre he olvidado, y cuya dirección espero no encontrar de nueva cuenta, alguien hablaba de la flojera que le daba leer a Cortázar, que debería ser quemado en efigie, y tirado de una buena vez a la basura. Sobre todo su Rayuela.

Me pregunté si el que dejó dicho comentario por escrito en su blog es capaz, siquiera, de parafrasear una convesación cualquiera entre los miembros del Club de la Serpiente.

Creo y aseguro que no podría. Me quedé con la sensación de las famosas uvas verdes. Como no se pueden alcanzar, hablamos pestes de ellas. Y sabemos en el fondo que ni están verdes, y en cambio son las más dulces.

En fin, quede el título de ese post como está, quede la conciencia tranquila de quien lo lea y pase de largo. Tenemos tan poco tiempo que pasar de largo por un post no implica una transgresión o falta de cortesía. Desafortunadamente, esta norma va generalizándose.

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