El Demonio del Mediodía

El demonio de la acedia -también llamado demonio del mediodía- es el que causa más graves perturbaciones de todos. Concentra su ataque en el moje [durante las cuatro horas del medio día]. Ante todo, hace parecer que el sol apenas se mueve, o no se mueve, y que el día dura 30 horas. Luego obliga al monje a mirar constantemente por las ventanas, a salirse de la celda, a mirar cuidadosamente el sol para determinar cuán lejos está de la hora [de los alimentos], de mirar en esta o aquella dirección [para ver si uno de sus hermanos sale de su celda]. Luego, también instila en el corazón del monje un odio al lugar, un odio a su vida misma, un odio al trabajo manual. Llega a reflexionar que la caridad ha abandonado a sus hermanos, que no hay nadie que lo aliente. Si por entonces hubiese alguien que casualmente se ofendiera de uno u otro modo, los demonios también aprovecharían esto para contribuir a su odio. Este demonio le hace desear otros lugares en que más fácilmente pudiera procurarse las necesidades de la vida, más fácilmente encontrar trabajo y obtener un verdadero triunfo. Pasa a sugerirle que, después de todo, no es el lugar el que constituye la base para complacer al Señor... A estas reflexiones viene a unirse el reuerdo de sus seres queridos y de su antigua forma de vida. Pinta la vida extendiéndose durante un largo periodo [induciendo al monje] a abandonar su celda y a dejar la lucha. 67

67 Nota al pie, demasiado extensa, será publicada en un post separado.


Jeffrey Burton Rusell, 'SATANÁS La primitiva tradición cristiana'.
VI. El Dualismo y el Desierto, p. 235. FCE, Colección Popular, 329.

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