Comentario obligado
Posts abajo podrá verse la caricatura que no necesita más comentarios: Fox haciendo burla del Peje.
La ironía, desde tiempos de la política filosófica de griegos y romanos ha estado presente de una u otra manera. [Hasta en la serie de Rome la eché de menos, en el momento culminante de la muerte de Julius Caesar... donde no apareció el '¿Tu quoque, Filii mii...?']. De allí a seguir hablando a la ligera hay un abismo que hemos aprendido a apreciar quienes vivimos en México más o menos al tanto de las trifulcas entre partidos, programas sociales y demás. Aceptar que hubo una elección de estado es más de lo que es dado tolerar a un partido en el poder, por más que se trate de nuestro partido 'favorito', o el que menos antipatías nos provoca.
Si se comprueba que el PAN modificó de forma sensible el programa de elecciones utilizado en la contienda electoral inmediatamente anterior, deberá llamársele a pedir cuentas, sin miramientos.
Veo la idiosincracia mexicana en su más pura manifestación: disponibilidad excelente para aprender los vicios y sacar provecho de cualquier situación, nula capacidad de aprendizaje de los escarmientos dados a quienes nos preceden. Quizá estamos genéticamente programados para aceptar jamás aquello de "experimentar en cabeza ajena". Sólo hasta que nos llega la lumbre a los aparejos es cuando nos ponemos a ver en dónde estuvo el error o los errores que nos llevaron a una situación determinada.
Por desgracia.
La ironía, desde tiempos de la política filosófica de griegos y romanos ha estado presente de una u otra manera. [Hasta en la serie de Rome la eché de menos, en el momento culminante de la muerte de Julius Caesar... donde no apareció el '¿Tu quoque, Filii mii...?']. De allí a seguir hablando a la ligera hay un abismo que hemos aprendido a apreciar quienes vivimos en México más o menos al tanto de las trifulcas entre partidos, programas sociales y demás. Aceptar que hubo una elección de estado es más de lo que es dado tolerar a un partido en el poder, por más que se trate de nuestro partido 'favorito', o el que menos antipatías nos provoca.
Si se comprueba que el PAN modificó de forma sensible el programa de elecciones utilizado en la contienda electoral inmediatamente anterior, deberá llamársele a pedir cuentas, sin miramientos.
Veo la idiosincracia mexicana en su más pura manifestación: disponibilidad excelente para aprender los vicios y sacar provecho de cualquier situación, nula capacidad de aprendizaje de los escarmientos dados a quienes nos preceden. Quizá estamos genéticamente programados para aceptar jamás aquello de "experimentar en cabeza ajena". Sólo hasta que nos llega la lumbre a los aparejos es cuando nos ponemos a ver en dónde estuvo el error o los errores que nos llevaron a una situación determinada.
Por desgracia.
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