El rescate de judíos en tren de Alemania

BOORTMEERBEEK, Bélgica.- En la oscuridad, en medio del ronroneo de los motores de vapor, Simon Gronowski se agazapó junto a su madre sobre la paja de un vagón de ganado repleto de judíos que eran trasladados a Auschwitz. Repentinamente, oyó el quejido de los frenos, gritos en alemán y varios disparos. Robert Maistriau había logrado su cometido -hacer parar el tren encendiendo una luz roja- y abrió la puerta del vagón más cercano, permitiendo que 17 personas escapasen antes de que los soldados alemanes comenzasen a dispararle y tuviese que huir junto con dos compañeros de la resistencia belga. Fue el 19 de abril de 1943, día en que se produjo el único caso de que se tenga noticia en que combatientes de la resistencia pararon un tren para liberar a judíos. El tren reanudó su marcha hacia su destino secreto, con mil 619 prisioneros a bordo. Simon, quien por entonces tenía 11 años, se cobijó nuevamente junto a su madre, sin darse cuenta de lo que había sucedido. El ataque había envalentonado a los prisioneros y muchos intentaron abrir las puertas de los vagones para escapar. "Cuando mi madre me despertó. la puerta estaba abierta",recuerda Gronowski. Su vida cambió en cuestión de segundos. Su madre, Chana, lo tomó de la mano y lo colocó en un escalón, mientras el viento le golpeaba el rostro. Lo sostuvo del cuello y le gritó en yidish: "Der tsug geyt tsu schnell!" (¡el tren avanza demasiado rápido!). Simon había hecho saltos simulados desde su cama en las barracas Dossin de Malinas, 30 kilómetros al norte de Bruselas, a las que había llegado un mes antes junto con su familia tras una redada de la Gestapo. Cuando el tren redujo su velocidad, saltó, con un billete de 100 francos que su madre le había escondido debajo de una media. "Esperé por mi madre", señaló. Pero ella nunca saltó. Los guardias se dieron cuenta de que había otra fuga y abrieron fuego. Simon corrió toda la noche por una zona rural junto con otras 200 personas que habían escapado. Su madre murió en una cámara de gas pocos días después en Auschwitz. Gronowski, quien rehizo su vida, se recibió de abogado y hoy tiene 75 años, recuerda la jornada en un departamento de Bruselas, junto a la persona que según él le salvó la vida, Maistriau. "Es por él que soy padre y abuelo. De los cientos de trenes que recorrieron Europa entre 1940 y 1945 con judíos, solo uno fue detenido, el mío. Es un hecho único, extraordinario",dice Gronowski. Ward Adriaens, director del Museo Judío de Deportaciones y de la Resistencia cercano a Bruselas, dice que fue el único rescate de que se tiene noticia en el Holocausto. "Por lo que sabemos, hubo miles y miles de trenes que llevaron a millones de judíos a las cámaras de gas y este es el único caso documentado en el que se detuvo a un tren para salvar judíos", expresó. Maistriau, el único sobreviviente de los tres miembros de la resistencia que llevaron a cabo la operación, resta importancia a su hazaña. Los judíos eran las víctimas de la guerra, señala. A Maistriau se le ilumina el rostro al recordar la emoción de su aventura.

(AP)

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