Mi protesta [II]

A mi madre no le ha gustado la bandera de México vuelta de revés. Mucho menos el poema de Witz.

Igual sucede con mi esposa, cada vez que platico del tema [el tema=México necesita un nuevo himno nacional, y dá igual si el águila está mocha o nó, la ley para proteger a los 'símbolos patrios' es una verdadera burrada].

Este es México: un país donde nos preocupa más cuidar 'la integridad' y que se rindan 'honores' a los emblemas patrios, pero donde uno puede no sólo limpiarse el culo con ellos [pregúntenle a cualquier priista], sino más aún, dárselas de defensor y campeón de/por la patria mientras se espera la mínima ocasión para traicionarla, prostituirla y venderla al mejor postor.

Respecto a los colores patrios: hasta que no se le retiren al pri, o se permita a los demás partidos políticos usarlos, la ley es una contradictio in principiis...

Respecto al himno, sancedes mayores no pueden haber. O sí las hay, pero quizá no tantas como en ese sonsonete que se sigue cantando en las escuelas públicas.

Ojalá Facundo [otro detestado que figura en mi lista de detestados máximos] haga un reportaje absurdo de los que tanto le gustan preguntando a cualquier ciudadano -ama de casa, güerco puberto, universitario, payasito o quien se le dé la gana-:

¿Qué significa:

-Mexicanos al grito de guerra?

-El acero aprestad?

-Bridón?

-[Patria patria tus hijos te juran] Exhalar en tus aras su aliento?

Las únicas guerras actuales que deberíamos ganar y hemos perdido desde hace tiempo son:
el desempleo, la pobreza, la inseguridad, el narcotráfico. Con este panorama, para qué queremos más 'enemigos'...? Pelear contra el vecino del norte... uufff... en 5 minutos veríamos esos cielos donde se escribió el destino de México por el Dedo de Dios, plagado de misiles exactísimos y nefastos.

Y en un publo laico, con una constitución estúpidamente laica, cantar un himno donde se diga que ese destino se ha escrito por el dedo 'del enemigo' [en este caso, Dios], es una soberana y absoluta pendejadez.

En fin, ahora sí, queda clara la razón de mi protesta.

Para que no se piense -sobre todo esos diputados, senadores y demás- que todos somos iguales de idiotas, hay quienes lo somos un poquito menos, o al menos sabemos que sabemos que lo somos.

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