Desmitificaciones: Brozo

Cuando este personaje, A. K. A. Víctor Trujillo migró de televisora, dejando a los aztecos por los televisos, sucedió un hecho conocido y rápidamente olvidado por el ya de por sí olvidadizo subconciente mexicano: el encontronazo tenido entre este, y el comunicador [no me atrevo a llamarle 'periodista'] José Ramón Fernández.

En su programa nocturno, Josérra, como se le llama a veces, comentó, y bastante acertado, que Brozo, al salir de Tvazteca, pasó a ser sólamente 'un triste payaso de segunda' en los dominios de televisa. Esta era una forma elegante de decir que sería un pelele, marioneta o títere, en manos de los Azcárraga, es decir, siendo la imagen insolente del conformismo oficial, gubernamentalmente hablando.

Brozo se defendió. Claro que iba a hacerlo, y todo mundo no esperaba otra cosa más que saber la respuesta que daría a tal señalamiento.

Y fue en este precismo momento que Victor Trujillo perdió y echó por tierra los -según él- más de veinte años que tiene con su personaje a cuestas.

Respondió que él ya era Brozo cuando Josérra no era nadie aún.

Citando de memoria dijo algo así como:

'Acuérdate, José Ramón, que en tus comienzos, andabas trabajando como acomodacables en los estudios donde yo era Brozo, tú no pasabas de ser un técnico moviendo cables y conectando alambres, así que más carrera tengo en este medio, que tú'.

Semejante respuesta, más que rebajar a José Ramón, lo enalteció hasta lo indecible. Y a la vez que elogio magnífico, fue también una dignificación que Brozo ni siquiera pensó estuviera haciéndole. Porque al atacar a ese acomodacables atacó a la infinidad de acomodacables, acomodacajas, cerillitos acomodadespensas en los super [sí, hay más críos, o había más críos que los pensados, viendo sus programas; sobre todo, cuando en estos participaba la Nacha Plus], vienevienes acomodacarros, que lo ven, y le levantan la audiencia.

Su programa, o sus programas, no han logrado alcanzar el rating, ni con mucho, que tuvo en Tvazteca hace 10 años. Ni lo alcanzarán de nuevo.

No basta una palabra, o una 'mala' palabra, para oponerse al oficialismo, para criticar al gobierno. Todos podemos decirlas, y todos nos las sabemos.

Es necesario hacer fuerza común con el pueblo, ese de donde salimos la mayor parte de quienes escribimos algo, aunque sea por el afán mismo de escribir.

Y Brozo ha caído precisamente en lo que Josérra mencionó.

Qué curioso, ese día, antes del ataque, Josérra mostró un lado profético o de vidente que quizá ni él mismo sabe que tiene.

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