The brave one, o de la injusticia legal.

Entiéndase por 'injusticia legal' injusticia legítima, o con derecho, nó 'injusticia de la ley'.

Este filme nos hace recordar inmediatamente a Clarice Sterling... la manera de tomar la pistola, esos ojos mirando asustados a todos lados.

Me deja en un dilema [trilema, mejor dicho]: si criticar la música -excelente banda sonora- o criticar el guión -malísimo-, o criticar la actuación [medianita, ni más ni menos].

Me lanzaré contra el guión: advierto elementos con afán de subversión in extremo. Si bien la violencia es algo cotidiano, tanto en NY como en el DF, o en Nuevo Laredo, la violencia misma entendida como una pulsión de la psique humana es un axioma que no tolero, ni aunque lo enarbolen los partidarios de la pena de muerte, ni aunque lo enarbolen los magistrados de la nación. Tampoco caeré en el simplismo de creer que todo hombre es naturalmente bueno.

La cinta quiere hacer ver -pero se queda corta- la lentitud de los procesos legales como tales, y las carencias 'del sistema' que cuando falla se 'lleva entre las patas' a los ciudadanos comunes y corrientes. En la situación actual norteamericana, colapsada por falta de guerras, los ciudadanos comunes y corrientes son los que sostienen a la economía con la última defensa posible: el pago de impuestos.

La lógica nos dice que ante esto, los 'derechos' de esos ciudadanos se incrementan, en igual proporción a la disminución de la fuerza que la ley tendrá sobre esos mismos ciudadanos.

Quienes matan al novio de Jodie, son 'latinos'. El novio es 'mongol'. Y de toda la serie de 'malos' que va matando como patitos de feria, no hay un solo gringo. El primero es un ruso -ucraniano, croata, serbio? dá igual- que a su vez mata a su novia, de la misma región geográfica.

Después siguen un par de negros. Recordemos que los únicos negros gringos que existen son los boxeadores, beisbolistas, y jugadores de futbol americano, los demás son sólo escoria, 'y están de paso' como dijo alguien en 'El buen pastor'.

Después sigue un hombre de negocios, mafioso, italiano? ya no recuerdo de dónde. Pero no es gringo. Y de allí se pasa a los 'latinos' que mataron a su novio. Termina dándole un disparo al detective, que misteriosamente es afroamericano también.

En fin, que la injusticia sólo existe porque existen los que no son gringos y que llegaron a norteamérica cargando su lastre de malas costumbres.

Y qué suerte que a la Foster casi se le terminaron las balas, la pistola que le vendieron se la ofreció un oriental con todo y una lindísima cajita de balas de regalo. Por la módica cantidad de mil dólares o algo así.


La trama o el conflicto moral, ético, son absolutamente flojos. Mencioné arriba la música, es buenísima pero en este filme resulta un mero artificio con fines efectistas: la protagonista del filme tiene un lado sensible 'que se rompe' por el acto violento de que es víctima. Claro que al ser víctima de tal brutalidad la única respuesta, reacción posible, es enfrentar sus miedos, extirparlos de raíz.

Esta es una fábula que no tiene moraleja. O mejor dicho: la moraleja fallida de esta fábula es:

'Sólo falta tener el motivo necesario, para poder reventarle la madre a quien queramos'.

Este tipo de 'justicia' es típico de norteamérica. Es un sistema político que ya no funciona, y en su colapso nos llevará de encuentro a todos. Por desgracia seguimos creyendo que la economía [y con ella la ética, la mercadotecnia, las finanzas, la moda y todo lo demás] gira alrededor del dólar, cuando podemos ver que el euro, y el yen se están peleando el mercado, y están pactando qué parte del mundo se queda cada uno.

Mientras nuestros vecinos del norte sigan pensando así en cuestiones de 'justicia' y 'derecho', seguirán habiendo tiroteos en escuelas, asesinos seriales, rituales suicidas, ataques terroristas.

Qué lindo. Qué haríamos sin esos gringos locos.

¡La televisión sin ellos sería tan gris!

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