Así quiero mi paraíso

Pocas cosas pido, Señor.

Un lugar donde los cálculos de Beda sigan vigentes, donde las observaciones de Plinio se cumplan cabalmente, un sitio donde sea posible encontrar alguna palabra escrita por la propia mano de Jesús.

Un lugar donde despierte cada día sabiendo que es el primer día. Donde mi mujer y mi hija sonrían sin prisas, y la abuela me espere con el almuerzo preparado: suculento café de olla, chilaquiles y frijoles 'chinitos'.

Un lugar donde el abuelo me lleve a desenterrar tesoros, a encontrar piedras esculpidas por los indios, y donde los papalotes no paren de volar nunca.

Un sitio donde los libros sean preciosos, donde puedan seguir componiendo Beethoven, Telemann y Nyman, donde Horowitz me cuente algo de su vida por la tarde, y recordemos con gusto los días de sus monstruosos conciertos de Tchaikovsky.

Así quiero mi paraíso, Señor.

Poca cosa pido: ya lo ves.

...y no creas que soy malagradecido:

Gracias, Señor, por todos los adelantos que me has dado.

Comentarios