A Gabi, a. k. a. Monja Guerrillera

No comparto tu decisión de no publicar comentarios en otros blogs. Las generalizaciones siempre son peligrosas, y seguro tendrás tus razones para cuidarte las espaldas tomando medidas tan drásticas, empero, la autocensura que mutila y delimita siempre será peor que los ataques con táctica de tábanos que puedan dirigirte quienes no tienen argumentos por compartir y con los cuales crecer.

Sé que el yermo se presenta de diferentes formas, no sólo como inacción o un estado de suspensión. Uno de los atroces, de los que temo in extremis, es precisamente ese desierto poblado de cosas, costumbres, rutinas y personas, que nos hacen sentirnos enmedio de una marejada que a nada conduce. No sé si este sea el caso tuyo, aunque presiento de no ser así, estará bastante cerca.

Coincido en que hay situaciones que cansan. Desgastan a la vez que hieren. El problema de estos medios electrónicos es que nuestras palabras pueden tener a favor o en contra el efecto mariposa. Y pueden volverse en nuestra contra no bien damos click al botoncito funesto de 'publish'. De aquí extraigo una ecuación básica, que se aplica en vos, en Caro, en todos y cada uno de los miembros de la TSN:

Argumento bien formulado y sustentado tendrá permanencia más allá de las contestaciones miopes de comentaristas resentidos.

Argumentos mal formulados y sin sustento tendrán permanencia igual o menor que las contestaciones miopes de comentaristas resentidos.

Un argumento que se rige por la coherencia permance vigente más allá del montón de críticas gratuitas y 'a la buena de Dios', este principio, que no quiere ceder a metafísicas fáciles, tiene un axioma sólido como titanio: la verdad prevalece.

La situación que no advierten los comentaristas miopes es que la verdad es única, mas no unívoca. Y en los equívocos encuentran su fundamento los agresores facilones, incluso, el texto de los evangelios que rescata las 3 tentaciones presentadas a Jesús por el mismo Satán juegan con esto.

Me congratulo de que decidas no dejar de escribir. Y nuestras decisiones serán nuestras sólo en la medida en que las tomemos, y nó nos sean impuestas ab externis.

Un abrazo.

Greg.

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