Estamos caídos [a Caro y Gaby]

Estamos caídos.

Caro lo escribe y siento como pocas veces los alcances de esa caída.

La caída primigenia, atroz. Esa caída en el momento, en el instante preciso de caer, cuando aún no se sabe de salvaciones juradas, ni esperanzas ni futuros.

Esa caída que planta cara a cara contra Dios.

Mi caída y mi decisión, contra un Dios que aún no se revela. Que aún no es ni siquiera un dios para mí, un Dios allá, mucho más allá de mis pobres dimensiones humanas, de estos sentimientos encontrados y de la certeza única, incontestable:

he caído.