Hoy me vengo - Un cuento de Jesús Olague

Hoy me vengo

Jesús Olague

Esta mañana desperté con una idea clavada en la cabeza, justo en el triángulo que se forma entre ceja, oreja y jeta, en donde las ideas más estúpidas y absurdas, pero a veces también las más sublimes y geniales, nacen y crecen, se reproducen, poco como oso panda, y, si no se hace algo rápido con ellas, mueren irremediablemente. La idea era sencilla -hoy me vengo, me cae que sí me vengo, y no una sola vez, sino cuatro, las tres primeras veces con condón y la última a pelo-.
Así que me dispuse, de camino a la escuela, a comprar una cajita de condones y un gel lubricante de esos que le ayudan a las mujeres a alcanzar un orgasmo, al cabo ya puedo comprarlos porque ya soy hombre, ya hace un par de meses que dejé la secundaria, ya me cambió la voz, ya me rasuro el bigote y tengo peleas en la coliseo, pelícanos en la bahía, ¡¡¡¡¡yaaaaa teeeengoooo peeeeeelooooosssssssss!!!!!
La intención era fácil de suponer, fácil de entender, fácil, demasiado fácil diría yo, de adivinar, y ya pensaba yo como iba a usarlos, mientras la dependienta de Sanborn's me rozaba la mano con lascivia y me entregaba la bolsa acompañada de una sonrisa Multi-O llena de complicidad y ganas, como si quisiera acompañarme a hacer buen uso de lo que el búho rojo celosamente guardaba.
Ahora era el asunto utilizarlos como Dios manda, como lo dice la ley, aunque no las tablas de la ley, sino otra ley de la que ya no me acuerdo como se llamaba y tiene que ver con eso de los ojos por los ojos y los diente por los dientes.
Y llegando a la prepa ya venía pensando como y con quien iba a darle uso a los condones, el primero con la maestra de historia, con las ganas que le traigo desde hace días, y me la imagino casi diario y por su culpa no duermo y me restriego en la cama y la sueño y la sueño y la sueño...
El segundo lo habría de usar con la mejor amiga de mi novia, la Marcela que se cree muy buena, y sí está la desdichada, pos que es mas que la verdad, y cuando se pone blusas pegaditas alza las manos y se acomoda el cabello para que le vea las tetas de ladito, y pasa a mi lado en el salón y me roza cada rato, y se me sienta en las piernas cuando vamos como diez amontonados en el vocho del Pelonchas, y me da besos en el cuello y las orejas como si hubieran sido accidentales, causados por algún frenón o alguna curva muy cerrada. Este condón será su regalo de cumpleaños, porque hoy cumple los quince y en la noche tiene fiesta con damas de honor, chambelanes, pastel y toda la cosa que la ocasión amerita.
El tercer condón es el que más voy a disfrutar, me cae, Juana, la sirvienta va a saber lo que es jugar conmigo, igual y hasta invito a mi hermanito a ver cuando lo use, porque en estos casos siempre es bueno tener un cómplice y que mejor si es de la familia, al cabo que mis papás no van a estar hoy en la tarde en casa, a mi jefa le toca ir a jugar canasta con sus amigas y mi papá tenía que hacer algo en su oficina, él dijo que era algo de negocios pero yo creo que se le va a trepar a la secretaria, si ese es el único deporte que practica, seguro mañana en la mañana hay cruda sabatina y un drama de camisas con labial y amenaza de divorcio y luego nada.
El gel tenía un destino más perverso, para cuando llegara a la casa de Clarita, mi novia, pero no para usarlo con ella sino con la Puppy, la perrita chihuahua que tiene por mascota, esa perra juguetona que Clarita asegura que me adora le da mucha emoción verme. Pero bueno, hoy llegaría más temprano que de costumbre, cuando se que mi novia no ha terminado de cumplir con sus deberes en la casa ni ha hecho su tarea, así le digo que por mí no se preocupe, que termine lo que tenga que hacer, que al cabo yo puedo entretenerme un rato jugueteando con la perra.
Y manos a la obra pues, llenar en la prepa los primeros dos condones con agua no fue tarea sencilla porque había muchos moros en la costa, pero que satisfacción me dió remojar primero, a la mitad del patio principal enfrente de todos, en medio de una sonora ovación y carcajada general, a la pinche bruja de historia que ya me trae de encargo, méndiga vieja hija de la chingada, que se burla de mí en clases porque se me confunden Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero y porque no he aprobado ninguno de los dos exámenes parciales que ha aplicado.
El segundo condón con agua voló cuando las risas no acababan de apagarse todavía, fue a reventar exactamente en la cabeza de Marcela, precisamente hoy que venía estrenando peinado con chinos y caireles, así que le agüité a la niña presumida el peinado y a lo mejor hasta la fiesta de cumpleaños, a la que ni siquiera me invitó, y todo nomás porque le habla mal de mí a Clarita, porque quiere que me truene, ¡carajo!, yo no se cual es la fijación conmigo si primero le pregunté a ella si quería ser mi novia y me dijo que no le gusta el olor a pañal con caca de escuincle pendejete.
El tercero fue más facil con la ayuda de mi hermano, la Juana nomás gritaba -pinches chamacos mugrosos vana'ver con su amá, los vo'a acusar, y le vo'a decir que me andaban manoseando el culo y que se metieron encuerados en mi cuarto cuando me'staba bañando y a'ver que mas se me ocurre pa' decile-. Pues que diga lo que quiera, al fin que a mi me vale madres, por fin se enteró de que no debe entrar al baño con el pretexto de que va a llevarme toallas o unas sandalias cuando estoy en la regadera, ni agarrarme las piernas o darme nalgadas cuando paso, pos esta jija del querreque ¿no se entera de que hasta entre los perros hay raza?
Ah, pero lo mejor fue con la perra, cuando llegué me recibió ladrando como todos los días, y como todos los días me meó los zapatos la hija de perra, pero el plan salió como era de esperarse, así que mientras Clarita se metió a la cocina a lavar platos yo me puse a jugar con la Puppy, y cuando más confiada estaba le unté un bonche de gel en la cola, que no en el rabo, y al cabo de un rato la mendiga perra comenzó a ponerse loca, chillaba, aullaba a ratos, se revolcaba, se restregaba el culo en la alfombra de la sala, se trepaba en las piernas de mi novia, luego en las mías y luego otra vez en las de ella, hasta que terminó toda hinchada por debajo, a ver si así aprende a no volver a mearme cuando llego.
Las dos semanas de suspensión que me impusieron en la escuela y todos los platos que voy a tener que lavar en casa ahora que la Juana se fue de vuelta para su rancho van a ser fáciles de la pura risa que me da pensar en todo esto, al fin y al cabo logré lo que quería, me vengué, tal como dije en la mañana, porque la venganza es de indios y yo, cuando me vengo, gozo.

[Para ir al lugar original de donde tomé prestado el cuento, dar click en el título del post.]

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