A Mario Rosaldo II

Mario, sé a lo que me expongo publicando esta nueva entrada.

Su comentario no merece otra cosa que una respuesta bien pensada, por cuanto su réplica ha sido equilibrada, sobria y clara, cualidades que últimamente escasean en todos los ámbitos de la literatura, como bien sabemos quienes andamos por aquí.

Me permito reproducir su comentario en esta entrada, para que quede 'al frente', y nó perdido como una mera nota in pede:

Anoche descubrí que habías publicado esta entrada con dedicatoria, la cual agradezco sinceramente.

También agradezco la precisión entre literario y poéticamente válido, pues hay quienes diferencian entre literatura y poesía, así como otros diferencian entre poesía y arte. Ahora que el matiz entre válido y correcto, he de suponer que se refiere a valores y reglas libres, cercanos al simbolismo, al surrealismo, o al más irreverente lirismo o simplemente a valores y reglas alejados de todo académicismo.

En cuanto al lenguaje escatológico y, agregemos, el lenguaje del insulto, alguna gente con estudio los usa para desahogarse, para dejar de sentirse reprimida, para sentir que rompe con las normas sociales que le asfixian. Los usa consciente o inconscientemente como si fueran lenguajes simbólicamente liberadores.

Pero si estos lenguajes fueran en verdad liberadores, nuestros albureros serían los seres más libres entre nosotros. Y no lo son, pues están presos de sus miedos y frustraciones, su rabia o su resentimiento, tanto o más como cualquiera de nosotros. El sentimiento se expresa mejor, pienso yo, con la imaginación y la inteligencia, aun cuando requiera del poder de la experiencia.

Afrontando el riesgo, y también el reto:

La precisión entre literario y poéticamente válido, y sus consecuencias que culminan en un conjunto de cualidades rematadas en una falta de academicismo -pensando en francés, según veo por la acentuación del vocablo, y tal como usted lo expresa- han sido la perdición de la poesía actual, en cuanto tal, según mi ver.

Es cierto que las 'academias', generaciones, movimientos o cualquier cosa que incluya una cierta manera o forma [pensando en el manierismo, pero sin reducirlo a esto y en un sentido bastante lato] de escribir y acercarse a la poesía tiene su origen más como un resultado que como un origen -ni siquiera los 'manifiestos poéticos' se encuentran en el origen de varios movimientos que los tienen como tales- y fueron fraguados como la culminación de una experiencia de lo poético y son reflejo de esta misma. El simbolismo, surrealismo, lirismo, valores, reglas, normas, en fin, lo considerado esencialmente poético ha sido absorbido en su totalidad por las teorías modernas de la psicología y el psicoanálisis. La poesía sigue siendo un campo -o, mejor dicho, una mina- de diamantes para estas ciencias, sus ideologías y sus fines.

Creo que ya en algún lugar de este blog apunté algo que ha sido -y seguirá siendo no sé por cuánto tiempo más- un axioma que me ha permitido hacer frente a los problemas que plantea todo tipo de escritura:

'El lenguaje es el medio por el cual el hombre se hace presente en el mundo'. Un magnífico profesor de filosofía nos mencionaba esto [el maestro Antonio Núñez], y aunque no sé si es cita literal, paráfrasis o interpretación personal de algún escrito filosófico, tuvo que pasar mucho tiempo, mucha tinta y muchos encontronazos para ver los alcances de esa frase mínima.

A Jesús Olague fue a quien le escuché -leí- por primera vez el término 'escatológico' ligado inminentemente a la palabra 'mierda'. No sé, quizá me perdí o me he perdido algún autor, o algúnas justas y escaramuzas semánticas o semióticas. En su respuesta añade a 'escatológico' 'insulto', y lo remata con 'culto' y 'consciente', 'inconsciente', 'simbolismo' y 'liberación'.

Ufff!

Las combinaciones posibles entre todos esos elementos tendrían resultados cuasi infinitos, y sería imposible abordarlos siquiera someramente sin pretender escribir un tratado de poética, en el sentido de la poética actual. Porque es precisamente entre estas distintas combinaciones donde han tenido su origen las distintas posturas ideológicas, estilísticas, filosóficas, lingüistas y demás, que han llegado a establecer diferencias entre 'literatura' y 'poesía', entre 'poesía' y 'arte'. Y qué curioso, que pocos se atreverían a establecer una exclusión que contenga los términos 'literatura' y 'arte', misma que cerraría este círculo conceptual.

Incluso, el término mismo de 'culto', 'cultura' dá para otros tantos encuentros y econtronazos, coincidencias y divergencias.

El tema que nos atañe, un sólo poema, un sólo autor, es problemático por los distintos niveles y los distintos campos en que puede circunscribirse su escrito, y la interpretación, exégesis y hermenéutica del mismo. Y puede ser también un indicio de grandeza poética la polivalencia tanto como la monovalencia de un poema. Si incluye la primera característica -y bajo esta categoría sitúo el poema de Witz como tal- entonces la intención de provocar tendrá en el poema un 'arma' idónea para hacerlo, pensado como está el texto para encarar de frente circunstancias tan diferentes y deferentes como el 'gusto', la sintaxis, la gramática, las costumbres, las ideologías, filosofías y estéticas que podemos encontrar a lo largo de la existencia de la poesía en cuanto tal, históricamente hablando.

En la segunda categoría, la más difícil y también la más vilipendiada, es donde puedo situar la afirmación con que concluye su sabroso comentario:

El sentimiento se expresa mejor, pienso yo, con la imaginación y la inteligencia, aun cuando requiera del poder de la experiencia.

La experiencia en cuanto tal viene directamente dada por la capacidad que tenemos de enfrentarnos a situaciones concretas, darnos nuestros buenos golpes y recibir las heridas y moretones correspondientes, y aprender de ello. Son circunstancias concretas las que nos llevan a adquirirla, y si la situamos en su contexto y situación correspondiente, veremos que la experiencia como tal redunda en la creación de textos unívocos y cerrados, que difícilmente pueden tener repercusiones fuera del área, ámbito, sentimiento, emoción, del que fueron escritos.

Y curiosamente, esta misma experiencia de lo poético, que desligándose de academicismos y buscando al pueblo entendido pueblo y nada más, ha llevado a la creación de canciones perfectas, donde podemos encontrar esos factores o ingredientes, y que hacen imposible que a una canción se le busque o se le aplique un sentido diferente de aquel con que fue escrita.

No ha sido mi intención apologizar en favor de Witz, tampoco justificar. Para eso el poeta se basta sólo, como lo ha hecho hasta el día de hoy. Indudablemente, termina por asumirse un bando, o por 'tomar partido' a favor o en contra.

Y al publicar mis pensamientos en determinado sentido, he pretendido mostrar los rasgos, las afinidades y coincidencias entre ese texto, y varios de los textos que he publicado a lo largo de la existencia de este blog.

Curiosas maneras, formas, caminos y vericuetos para llegar al mismo punto, por más que después de tales encuentros los desencuentos [con lectores, críticos y demás] sean mayúsculos.

Reciba mis más cordiales saludos.

Francisco Arriaga.

P. S.: sobre la cuestión del albur, la cultura del albur y lo 'culto' es imposible decir más que Paz y su 'Laberinto', por eso he dejado de lado aquí esa cuestión. Sabemos que este librito es el non plus ultra de estos problemas y cuestionamientos.

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