De lectore in littera

Frecuentemente nos preguntábamos al escribir qué tipo de lector merecía cada cuento. Redondeando la frase: cuál es el lector ideal, aquel para quien escribimos.

Al paso de los años, textos de por medio, la idea o imagen de ese lector idóneo ha ido moldeándose, de la misma forma que el estilo, los temas, los tonos y demás también han variado muchísimo.

La pregunta, hoy por hoy, me parece ha ido hasta el lado contrario: qué escritor merece cada cuento. Y esta pregunta no es gratuita, en modo alguno. Ante el texto se comienza con una pregunta a la que sigue otra y otra y otra más. Qué escribir? Cómo escribir? Por qué escribir?

Quienquiera que le entre al ruedo teniéndole miedo a estas preguntas terminará escribiendo aquello que no quiere escribir, y también como no quiere escribir.

Todo esto, 'asegún veo'...

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