10 años después

Regresé y regresamos de Zacatecas con la certeza de saber que los amigos siguen estando allí.

Más que un viaje de aniversario fue un encuentro con la raíz, el origen de lo que somos. Vimos que allende procelas y borrascas, Simitrio y Adriana y Emanuel son felices, Alejandro y Mónica y Luisito, al igual que Samuel y Carmen y Ana y Samuelito también.

Es decir: ha valido la pena esta travesía.

El silencio y la distancia sólo son ilusiones que nos juega el cuerpo y espacio físico. La presencia y la palabra de aliento son lo realmente vivo.

Es lo que agradezco al Cielo, a la Vida, y al Creador.

Gracias, Hermanos, por todo.

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