Mesmamente! Simitrio Quezada, un pochismo, y una desagradable historia

A principios de los noventa, cuando la familia estaba buscando salir de Jalpa e ir a vivir a la frontera, poco a poco fuí advirtiendo la 'dualidad' que no había podido resolver hasta entonces. De Jalpa, Zacatecas o de Nuevo Laredo, Tamaulipas?

Las vacaciones las pasaba Nuevo Laredo, y como consecuencia, las cartas de escrutinio se hacían acá por mi entonces señor cura, el pbro. Jesús Vega, con atención al padre rector, pbro. Carlos Torres.

De vez en vez era forzoso acompañar a mi madre en sus viajes a la frontera, diez horas en camión de ida y diez en camión de regreso. Había que pedir permiso a los padres rector y vicerector, que otorgaban 3 o 4 días. En alguna ocasión y por razones que he olvidado, hubo necesidad de permanecer una semana completa. Al regresar un ceremonial de explicaciones, justificantes que incluyeron el que mi madre hablara expresamente con el padre vicerrector, que había sido algunos años antes señor cura de Jalpa, y que hace poco cumplió 40 años -según lo que recuerdo- de ordenado.

Me tocó exponer mi situación ante el padre rector. En una plática privada y relatando los ires y venires con la intención frustrada entonces de conseguir la visa y demás, en la explicación se coló esa palabra nefasta. 'Aplicación'.

El padre me miró seriamente, y dijo, tajante y definitivo:

"¡No hables como pocho!"

Hasta ese momento no había percibido de ninguna forma esa dualidad que me llevaría a idiotas e inútiles planteamientos de identidas en los años siguientes.

Más que un regaño, fue un verdadero bofetón que el padre rector me dijera eso. Hoy sé que lo hizo y lo dijo en el momento exacto, ni más ni menos que cuando fue necesario.

No uso pochismos, y los que llego a usar, alguna vez, los uso ya con conocimiento de causa. No es para poner el grito en el cielo -toda mi familia los usa, 'aplicación' en lugar de 'solicitud' o 'formato'-, pero he visto que sí, es ciertísimo aquél refrán que reza:

El pez por su boca muere.

Yo no me morí, pero en ese momento deseé haberme muerto.

[Dar click en el título de este post, para ver la observación que hizo Simitrio en su blog, sobre este mismo asunto].

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