Luda, Caro, Simitrio...

Quod scripsi, scripsi!

Gracias por los buenos deseos.

Ayer me levanté con la firme intención de no dejarme amargar por nada. Y lo conseguí. No me amargué ni siquiera cuando a la una de la mañana del día de hoy Astrid me confesó que ni cuenta se dió de que ayer fue mi cumpleaños.

Y lo comprendo: desde que dejó su horrendo trabajo ya no hace más caso del calendario. Por demás, día a día me sigue haciendo el regalo enorme de quererme, cuidarme, apapacharme, amarme, y para colmo de dicha, el mayor regalo que me ha dado y nos ha dado el Creador: Yaretzi.

Ya no estoy ni estamos para amarguras: a seguir exprimiendo el tiempo, que hoy por hoy tengo 3 Melancholias en el tintero, y unas variaciones sobre un tema muy mexicano de las que Simitrio ya conoce por lo menos los primeros dos minutos.

Gracias, de nueva cuenta, por sus parabienes, y por estar atentos a este blóg.

Greg.

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