Títulos, series, filmes

Quod scripsi, scripsi!



"Reflexionó que la explicación de los crímenes estaba

en un triángulo anónimo y en una polvorienta palabra

griega. El misterio casi le pareció cristalino;

se abochornó de haberle dedicado cien días."

Borges, 'La muerte y la brújula'.


A mediados de la década pasada -la última del siglo pasado y del milenio pasado también- una serie transformó la manera de ver televisión, al menos en los Estados Unidos.

The X Files fueron lanzados con la intención de brindar una vía de escape a un país que recién estaba levantándose de la caída tremenda que supuso su fallida 'Tormenta del desierto' y donde perdieron la mitad del petróleo que pretendían obtener, bombazos por aquí y por allá la ciudadanía buscaba vías de escape para la paranoia, y los productores de la Fox Network le dieron lo que pedía. Una serie con espionaje, conjuras, donde se mezclaba la ciencia ficción con la novela rosa y policiaca, así como la divulgación científica en una serie de programas con duración determinada, y que sólo en muy contados casos debieron utilizar más de un episodio a la vez para explicar, desarrollar y cerrar el problema o misterio presentado.

Cuando veo retrospectivamente lo que significó esa serie no puedo menos de abochornarme por la limitada capacidad de la televisión mexicana de preveer lo que realmente supone hacer programas con un mínimo de calidad y que causen furor. Recién a mediados de 1999 comencé a ver la serie entusiasmándome con la misma, y apenas tres años después estarían rodándose los últimos capítulos de la novena temporada, para mi consternación.

He visto que estas mismas series de escape se repiten con frecuencia en un juego bastante acertado: brindar argumentos a segmentos de la población estadounidense descontentas 'con el sistema' mientras los recursos llevados a cabo por terroristas y unabombers y usuarios y fanáticos del anthrax se diseccionan cuidadosamente en una autopsia funesta, haciendo una labor de convencimiento con el argumento subconciente de 'el gobierno siempre da con los culpables', o 'ya nadie hará eso mismo porque el método ya se conoce de antemano'. Se denuncia y se tranquiliza materializando los sueños y las fobias de la población en un escenario perfectamente definido por una docena de personajes.

La primera película basada en la serie The X Files salió en 1998. En México se estrenó en el 99, no sé por qué razón. Viendo la serie y mirando la búsqueda de elementos y sobre todo, la perfecta coordinación entre argumentos de la serie y los 3 argumentos generales del filme, dicha película resultó un verdadero deleite, realzando el interés por la serie misma.

La paranoia tipo espías internacionales desapareció un poco después del año 2000, por esa misma época comenzaban a rodarse lo que serían la temporada octava y novena de The X Files, y coincidió con el sentimiento de que el nuevo siglo y milenio nos traería 'cosas buenas' a todos. Mas dicha paranoia reapareció con toda su fuerza en series como CSI en todas sus versiones, y en Law & Order en todos sus sabores, versando sobre problemas 'domésticos' más que internacionales, y acallando la necesidad de escape de quienes se consideraban agredidos y vulnerables a partir del avionazo en las torres gemelas y los supuestos terroristas de medio oriente que secuestraron dichos aviones: con esas fechas coincidió su boom.

Esa es la tónica, y existen visionarios con la capacidad de aprovechar un momento determinado para sacar el mayor beneficio de las necesidades, frustraciones y búsquedas de la sociedad norteamericana.

Cuando apareció en la pantalla chica la primera temporada de Lost en México, al común de los mortales nos pareció sin chiste. Un montón de capítulos incoherentes sobre un grupo de accidentados que sobrevivieron en una isla donde pasaban cosas raras, sin que aparecieran monstruos ni robots ni mutantes ni enemigos; es decir, sin que pasara nada de nada.

Al ir transcurriendo los capítulos y advertir un orden progresivo y un plan general, comenzó el furor, como si se tratara de la resolución pausada y constante de una ecuación matemática que incluyese elementos infinitesimales.

A fin de cuentas, las observaciones de Borges siguen vigentes. Siempre la resolución de un misterio es inferior al misterio mismo. Y llámese misterio o enigma o problema, la afirmación corresponde.

En esta ocasión, la serie aparece en el momento oportuno en que Estados Unidos tiene otra guerra encima que también va perdiendo, dándole al pueblo su dosis de paranoia para sentir que dicha guerra con todo y su derrota tiene una razón de ser, y esta vez la conspiración y la conjura es internacional y es más 'civilizada' al incluir tecnologías de punta en experimentos científicos de punta y con resultados catastróficos de punta también.

El incremento de la violencia y de los hechos de sangre ha tenido un impacto directo en dichas series de escape. Mientras en los X Files los asesinatos y ajustes de cuentas parecían muy de película de mediados de la década del 90, en Lost la sangre brota con un salvajismo poético, cuidando que no salpique la cámara pero inundando la pantalla del espectador.

Algo sobre lo que no he leído -aún- críticas o comentarios es la aparición casi conjunta de la tercer temporada* de Lost [2006] con Dexter [2006]. No hablo del dibujo animado, sino del experto en 'sangre' que da nombre a la serie, y que se encarga de vengarse de quienes escapan a la ley aún cuando 'todo mundo' sabe que son culpables. La patología del personaje es evidente, pero al jugar con el sempiterno clamor de que el sistema tenga sus fallos, y la esperanza de que siempre existirá la manera de minimizar y corregir esos fallos -yendo en contra del sistema, claro está- se pretende acallar de golpe cualquier duda que pueda existir en el funcionamiento del sistema y la justicia expedida por este, quedando la balanza perfectamente bien alineada.

Dexter en latín significa 'derecho'. 'Diestro', mejor dicho. Si conjuntamos ambos elementos: la conspiración internacional que es el argumento central de Lost, y la justicia como un conjunto relativo de patrones legales en Dexter, tenemos un coctel peligroso que consiste en no saber en qué punto exacto termina la paranoia y en dónde comienza efectivamente el poder de presión que tiene el estado sobre la conciencia del individuo.

El título de 'Dexter' juega con la ambivalencia entre un sistema de justicia corrupto [justicia que debería ser 'dextra' o 'derecha' o 'diestra'] y un perito del sistema enfermo que toma la justicia fallida en sus manos [y que resulta ser dexter o 'derecho' o 'diestro'], y por la simple norma y regla de los signos matemáticos tenemos que negativo por negativo dá positivo, resultando que a fin de cuentas y se descuartice a quien se descuartice, se hace justicia.

Lost juega en su título con las distintas dimensiones espacio-temporales de su argumento, donde es fácil perderse debido a una paradoja exquisita: los habitantes de la isla están perdidos al estar ubicuamente presentes en todas las dimensiones abordadas -aunque nó en el mismo 'estadio'-.

The X Files jugaba con un argumento casi infantil. Quienes hayan visto la serie podrán recordar que hay un episodio -no me pregunten cuál: no me acuerdo- en donde precisamente se pregunta por qué esos archivos se llaman 'X files'.

La respuesta es simplísima: al irse acumulando caso tras caso, los que quedaban sin solución iban amontonándose uno sobre otro, de manera que no podían archivarse en las letras correspondientes. La gaveta y el apartado de los expedientes que comenzaban con la letra X estaban vacíos, así que allí fueron acomodándose paulatinamente hasta ocupar la gaveta completa.

Dicha justificación del título permitió a los guionistas abordar chismes científicos, conspiraciones internacionales, abducciones extraterrestres, mutaciones genéticas, avances tecnológicos, culturas perdidas, civilizaciones extintas, por decir algo.

Borges tuvo razón, y sigue teniéndola aún.

...y nosotros tuvimos suerte: alguien puede imaginarse si los gringos hubieran tenido en su alfabeto la vilipendiada y casi extinta letra 'ñ'...?

De sólo imaginármelo se me revuelve el estómago.


*Menciono específicamente la tercera temporada ya que al parecer para el espectador promedio -categoría en la que me incluyo- es a partir de dicha temporada que comienza a tenerse una visión más o menos clara de lo que trata la historia o el conglomerado de historias que nutre la serie. Siento que a partir de esa temporada la serie adquirió la madurez que tiene actualmente.

Comentarios