No se trata de escupir al cielo...

Quod scripsi, scripsi!

como bien lo dijo hace no mucho Jesús Olague. Es más bien la impresión de que México, mi tierra, mi país y mi gente, necesita ayuda y que se tomen medidas drásticas para salir adelante.

No estoy de acuerdo en la impunidad bancaria con sus tasas de interés inmorales, y menos que me quieran tomar el pelo aduciendo que esas mismas tasas de interés son necesarias porque ayudan a que las personas con menos recursos puedan hacerse de una tarjeta de crédito. Claro! si los bancos se nutren de los clientes con saldos vencidos y los intereses moratorios, poco les sabe y sirven las tasas preferenciales de comercios y magnates que están al corriente en sus pagos, y a la primer trastada se pueden cambiar de banco como quien se cambia las bragas.

Tampoco estoy de acuerdo en los monopolios como el de Telmex, alquien [aquí nomás a la derecha] dice 'Que se joda Telmex' pero parece que ya se le olvidó, en fin. Pagar por el servicio telefónico más caro del mundo siendo uno de los países más endeudados del mundo también es un atropello.

Y cuestiones como legalización de drogas y  aborto y pena de muerte: vaticino que antes de que lleguen las próximas elecciones un partido político de izquierda meterá todo en un solo paquete y lo propondrá a las masas pensando que es más atractivo ofrecer de tocho morocho, como en botica: aborto para el resto del país, drogas y pena de muerte para todos.

Y decía que bien dijo Jesús Olague: escupir al cielo no es el chiste, como tampoco escupir al lado, al vecino, cosa a que nos han acostumbrado quienes están en el poder y quienes lo persiguen a dentelladas y mordidas [léase Peje, por favor], o quienes con los medios de comunicación de su lado pretenden que pasen por obvias situaciones como la no resuelta de Pasta de Conchos y el subsidio federal que uno solo de sus líderes y que todo el mundo sabe y conoce y puede decir el monto, se robó enfrente de todos los mexicanos, y aún resulta que hay muchos de esos mismos mexicanos defendiéndole, por un fuero que también debió haber sido quitado hace mucho tiempo, al igual que la intocabilidad presidencial.

Una cosa me preocupa y ya lo he dicho antes: esto huele a revolución, a alzamiento armado, a mexicanos tirándole a matar a mexicanos, para gusto de los gringos que están esperando el río revuelto para entrar a saco de nueva cuenta en México, y a ver si entonces ese rumor de que con 200 kilómetros a lo largo de la frontera norte que les pasáramos a los gringos quedaría saldada la deuda externa.

Muchos mexicanos así lo piden y casi exigen, sin tener en cuenta que los gringos quieren tierra y petróleo y comestibles, pero no quieren a los mexicanos. Todos iríamos a parar al otro lado 'de la frontera' y se acabó el cuento, como bien dijo mi abuela hace algunos años.

Se trata de hacer conciencia y buscar terceras y cuartas y quintas alternativas, sin dejarse seducir por los grupos en el poder, pero siendo bien concientes de qué es lo que queremos para nosotros y los que vienen después de nosotros. Se trata de enseñar a los güercos a pensar, y a no tenerle miedo de entrarle a los catorrazos cuando les toque dar la cara por su país.

Se trata de sentir compasión cero por los que sufren y son expulsados de la sociedad -léase chocomileros, poquiteros, grameros, cracos y demás- y en cambio sí sentir un compromiso de hermandad para salir de ese círculo vicioso, se trata de no tener miedo de querer un México mejor, que castigue a quienes tengan que ser castigados, y valore a quienes en verdad merecen ser valorados, que ponga en la cárcel a los verdaderos criminales, a todos esos ladrones y estafadores 'de cuello blanco' que todos nosotros nos encargamos de pagar con impuestos voluntarios y forzosos.

Se trata de no tener miedo de ser verdaderos y nuevos mexicanos, y nó nomás de nombre, sino por convicción, devoción, y vocación.

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