Yo confieso

Quod scripsi, scripsi!

El LLL de ayer tiene algo especial: Simitrio amable y gentilmente incluyó la fotografía del bellísimo cuadro de Vermeer llamado 'El astrónomo'.

Cuando pequeño soñaba con poder mirar las estrellas con telescopio en mano, anotando y mirando y anotando y mirando.

Pasaron los años y seguirán pasando, y no conozco ni de cerca un telescopio, las estrellas las veo lo más que puedo a ojos vista, y de astronomía no sé ni pé ni pá, no me pregunten nombres de constelaciones porque apenas si distingo la luna de los demás astros adyacentes.

Ayer al mirar esa imagen me sentí profundamente conmovido. Quién sabe qué otras vocaciones frustradas de las que no soy conciente -o no quiero serlo- irán diluyéndose y desvaneciéndose con el paso de los años, hasta que un día como ayer me sucedió, un pequeño suspiro sea todo lo que quede de ellas.

A pesar de todo y contra todo, la vida sigue teniendo sus momentos dulces. Supongo que de eso se trata la vida, degustar dulzuras y amarguras sin dejarse seducir del todo por ninguna de las dos.

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