Qvod ago, qvod agis, qvod agimus.



¿Realmente podemos decir que los blogs que escribimos 'nos pertenecen'?

Si alquien comienza a escribir con la intención de escribir para sí mismo, ajeno a los lectores, quizá como ejercicio soporte cuatro o cinco entradas. Si prosigue en su empecinamiento, terminará esquizofrénico y atado de pies y manos, refundido en un rincón al lado de Hannibal Lecter.

Como sea... nunca me han gustado los 'colectivos'. En francés como que el término pega más: 'colectif'. O los talleres, quizá por eso cuando escribo mal, escribo terriblemente mal. En todo caso, me vale madres.

Ahora bien, lo he preguntado infinidad de veces y las respuestas han sido vagas, etéreas: qué busca el lector que llega hasta aquí? Por qué regresa quien regresa, y por qué se va quien se va?

Hay algo que me quedó claro desde el principio: ciertos comentarios de ciertos lectores tienen el peso de un post completo, incluso tienen el peso del blog completo. Eso es algo que lamento de haber hecho Tabula Rasa al viejo blog: se llevó de encuentro todos los comentarios y respuestas a preguntas formuladas voluntaria e involuntariamente.

Aún así, estoy depurando el blog, y dándole vueltas a una idea que parecerá una salida fácil, aunque quizá no lo sea, o parecerá una claudicación, aunque también, posiblemente no lo sea.

Vale la pena seguir escribiendo este blog? Vale la pena que este blog siga teniendo la forma que tiene?

Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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