Dominica

Nos hemos acostumbrado a tomar una de dos vías:

o creer a ojos cerrados en que Dios efectivamente tiene un plan trazado de antemano, que sólo nosotros en nuestra propia individualidad y responsabilidad podemos llevar a cabo, o creer a ojos cerrados que Dios permanece en su esfera, abstracto y lejano, mirándonos como raros conejillos de indias que juegan a tomar sus propias decisiones cuando el radio de acción de que se dispone es limitado, y se concentra en algo más o menos así:

l=[a(i-1)]

Donde:
l= nuestra libertad
a= nuestras acciones [cualquiera, incluso la decisión de no actuar]
i-1= la suma del infinito de acciones posibles dentro de un horizonte cuyo valor entero pertenece sólo a Dios.

Veremos entonces que por más que nos esforcemos, todo nuestro trascurrir tendrá su desenlace final dentro del bien determinado horizonte vital en el que nos desenvolvermos, por ejemplo, puedo elegir matar a Hitler o a un unicornio -que como ficción puede ser creado, entendido y concebido bajo mis conceptos y alcances intelectuales meramente humanos-, pero no puedo por ejemplo matar a un habitante del sol, o a aun QrWUIOt, habitante del planeta KHEWODZT, que ni siquiera sé qué es y ni siquiera sé si puedo intelegirlo intelectualmente hablando.

Esto ya lo abordé previamente en una serie de la que tengo pendientes los últimos desvaríos, y que llegarán uno de estos días, lo prometo.

Toda esta diatriba viene a cuento por la razón de que cada día entiendo menos -y no hay razón para que llegue algún día a entender- por qué ese Dios en quien creo se empeña efectivamente en hacerme la vida cansada, permitiendo que me siga doliendo en mis patéticos dolores, afecciones y frustraciones diarios.

Le he preguntado qué he hecho que merece que siga pasándome una factura continua, letra de pago sin fecha ni plazos finales, que se empecina en hacerme saber que, comparado siquiera con el miserable pueblo donde vivo, soy algo así como un ácaro a una cucaracha.

Es acaso que lo último que me pide el Señor es dejar de luchar, y renunciar a toda abstracción y masturbación intelectual, para entonces disfrutar lo que es El Reino...?

Si así es, entonces jodido estoy y seguiré estando. Porque sigo prefiriendo la conciencia de saber que sufro y que hay momentos en los que literalmente hablando ando que me lleva la chingada, al anonadamiento de saber que el universo tiene leyes que escapan de mi comprensión y juega conmigo como si fuera una marioneta cuyos hilos no pueden ni verse ni cortarse.

Porque a pesar de que esto último pudiera ser cierto, y fuera efectivamente sólo una marioneta obligada a hacer los movimientos y la voluntad de su guía y dueño, no por eso significa que esté jodido porque quiera estar jodido, o que sufra porque efectivamente quiero sufrir.

Ni madres, lo único que tengo es esta conciencia y este dolor, y no pienso abdicar ni claudicar.

Así que, aquí me tienes, Señor, dispuesto a seguir la partida.





Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

Comentarios

Gansipapas ha dicho que…
"Así que, aquí me tienes, Señor, dispuesto a seguir la partida".. de domino? o que chingados!.

Me estimado paco, creo que es un tema controversial y te dire lo que siempre comento en estos casos, y se llama "Libre albedrio".
Sender Eleven ha dicho que…
Mientras no te ahorquen la mula... Como al Ganso...
Crimentalista ha dicho que…
A veces me siento como novato en Las Vegas. La casa gana.

El poemario y otros libritos los subo a inal de mes, nomás quiero dejar presentables los pedeefes.

Deja me cuerdo cómo decían en El gallo de oro.