Vanidad


Quienes me conozcan sabrán que no soy ambicioso.

 Cuando eres parte de una familia, y más aún, padre de familia, te das cuenta de que ese es un grave, gravísimo defecto. Supongo que la niñez tuvo mucho que ver en que esa sea una de las debilidades de mi carácter: no podía darme el lujo de ambicionar nada, y aprendí a sentirme contento con lo que la vida me iba poniendo en las manos. Supongo que por eso a veces soy 'más cabrón que bonito' y no me amargué para el resto de mi vida, como he podido ver se amargaron algunos de los compañeros de los ya lejanísimos años de estudios en la infancia.

 Aunque siento que esa falta de ambición se compensa, y con creces, con esa otra parte que me hace ser más empecinado que un mulo, y cuando quiero obtener algo no cejo ante nada ni por nadie, supongo que esta es una 'cualidad' o también un 'defecto' que sólo quienes me han tratado 'face to face' podrán afirmar o negar, y es difícil que quede plasmada en un blog como este.

Y aunque no soy ambicioso, y sí bastante empecinado, lo que emprendo suele ser 'a lo grande' -desde mi punto de vista, claro está, no desde el punto de vista ajeno, que lo subjetivo siempre nos deja mal parados-. Creo que a eso se debe que me enfrasque en pocos proyectos pero una vez tomados por los cuernos no los deje ir tan fácilmente. Esa es la razón de PLGO.info, de LLL, de este blog, y algunos otros blogs en los que participo y en los cuales por causas ajenas a mi voluntad no he podido aportar gran cosa, como Aramaico, o Rincón Zacatecano. Ni hablar de Pierio Valeriano o Tradutore Tradittore, que tengo tan abandonados los pobres.

 Poco antes de terminar el año, a mediados de noviembre, caí en la cuenta que había un solo calificativo, una sola definición que me haría saltar de gusto cuando alguien me la dijera. En mis todavía treinta y cinco años de vida me han dicho de todo, y llovido de todo, pero esa frase no la había escuchado una sola vez dirigida a mí. Vamos, la expresión es como si fuera un piropo, ya que es frase inusual, y quien la utilice habrá de tener conocimiento de causa para poder decirla, y dicha frase, vaya sorpresa, me recibió antes de terminar la primer quincena del año.

Dicho piropo, en negrillas y cursivas, es:

'Querido y polifacetico amigo, que mezcla de intereses tan misteriosa: musica, patrologia, literatura, informática,... y que más? Un vero uomo de la rinascita. Qué buenas cervezas podriamos tomarnos de vez en cuando si estuviesemos un poco más cerca.'

A quien lo escribió sólo puedo decirle: gracias por esta palmada en el hombro. Tiene valor indecible, sobre todo en esta quincena que estuvo a punto de hacernos perecer de inanción a mi esposa, a mi hija 'and myself' la méndiga, supongo que por eso le llaman 'la cuesta de enero'.

Así que perdónenme este atisbo de vanidad, ni modo, me dieron en la pata de palo, qué vamos a hacerle.



Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

Comentarios