Miserere

De cuándo acá la tenue
dolorosa ficción del cansancio
seduce la piedra y el roble
con promesas de arcaicos
placeres y dulzores
y caricias muelles?

De cúando acá la breve
distancia de los años
cabe en el puñado de tierra
abrazado por floráceos
setos, -violenta primavera-
que asfixian cuando mueren?

De cuándo acá los dioses
sin falsas explicaciones
se detienen en la sombra
del llorante que dispone
de su vida como docta
mercancía, que no dones?

La profunda grieta
de horizontal premura
cede ante la nube.
De pronto la tortura
tórnase clemencia y duda:
gritar, no hay mayor afrenta.

Y vuelven los ojos siempre
a lo alto, prisioneros
de una luz distante,
de un cielo sempiterno
sin gloria y sin ángeles .
Somos carne que envejece.

...y no se pide perdón.
Jamás, jamás se implora.
Porque lo hecho ya queda
presente en toda hora
como juicio sin defensa.

Los dioses también
se doblegan al dolor.

Francisco Arriaga.
México, Frontera Norte.
12 Febrero 2010.

Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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