Consejos matrimoniales para un mandilón de clóset [léase Sender Eleven]


1.- Primero y ante todo, sea paranoico: eso es lo que lo mantiene vivo. En este momento, y por su seguridad, coloque uno de sus índices encima del botoncito que NO PARPADEA de su computadora. A veces luce un color azul, otras verde, amarillo, incluso colores blanquísimos que joden la vista: ese botoncito es el botoncito de apagado. Si lo presiona una sola vez, el sistema automáticamente comenzará en proceso de apagado. Un par de segundos después de iniciado este proceso, es imposible detenerlo. Así que, teniendo siempre el índice encima del botoncito, en cuanto vea que su mujer aparece en el lugar donde lee estos consejos, tendrá la posibilidad de implorar por su vida y pedir perdón por usar la computadora sin permiso. Ese botoncito puede salvarle la vida.

2.- Si tuvo el valor de leer el primer consejo, y no apareció su mujer en escena, tranquilícese un poco: está en vías de curación y aceptar concientemente que es un mandilón de clóset. Pero si mientras leía el primer punto, no pudo dejar de pensar cuál dedo índice de sus dos manos queda más cerca del botón de apagado/encendido de su pc, entonces sin lugar a dudas usted es un mandilón autoengañado, de esos que todo el mundo sabe que son los mandilones más sumisos aunque usted se lo pase negándolo una y otra vez.

3.- No se cuestione sobre el por qué la vida es injusta. La vida es injusta porque no es justa, ¡vamos! esto es decir: la vida es injusta porque el juez que la rige no es justo. En este caso hablamos de su mujer. Si hablamos objetivamente, su mujer es la que está absolutamente desconectada de la realidad, y usted no tiene la culpa de someterse: sólo acata órdenes. ¡Qué suerte! ¿O no...? De otra manera, usted terminaría siendo un Hitler, y ya ve lo mal que le fue al pobrecito. Pero hasta ahora no ha habido una Hitlera... bueno, nomás su mujer, que aún está bastante lejos de ser una Hitlera en todo el sentido de la palabra, porque si ya tuviera esa categoría, seguro que sabríamos ya de sus desaforados, cruelísimos e injustos procedimientos de tortura sobre usted. Y eso aún no pasa. ¿O sí?

4.- Dése cuenta de su suerte y posibilidades: si usted acepta públicamente que es un mandilón y sale finalmente del clóset, se acabarán la mayor parte de sus problemas. Porque la responsable de vérselas con el pago de la luz, del agua, del teléfono, y hasta de los calzoncillos que usted usa, será su mujer. Automáticamente desaparece cualquier responsabilidad financiera que pudiera usted haber llevado sobre los hombros. Claro que se convertirá en un delincuente por sustraer dineros del presupuesto familiar para comprar su cervecita y cigarros, pero no olvide que nadie es perfecto.

5.- Siéntase orgulloso. Es falso aquello de que 'detrás de un gran hombre está siempre una gran mujer, y detrás la esposa que llega y lo jode todo'. La única verdad es que existen nada más 'grandes mujeres'. Los grandes hombres no existen, son solamente tipos a los que su mujer les dió permiso de sobresalir un poco, y esto se consigue solamente siendo un mandilón en los límites de la abyección.

6.- Si no entiende qué es 'abyección' no se sienta culpable: es más, entre menos sepa usted de cultura general, será mejor. Así, además de no cargar obligaciones innecesarias sobre los hombros, también podrá quitarse de encima la necesidad de 'pensar' por usted mismo. Eso es prácticamente el estado del nirvana. [En estos momentos ya siento que lo envidio].

7.-El ser mandilón tiene sus ventajas, y es sólo una máscara, un disfraz, que los mandilones de clóset no han sabido aprovechar con éxito. Al ser mandilón y preparar incluso hasta la cena para usted y sus vástagos, tiene siempre la posibilidad de verter un poco de cianuro en la comida de toda la familia, y acabar de una vez con la injusticia del destino que se ha ensañado con usted. Si no lo ha hecho aún y si ha conseguido llegar hasta este punto, éso sólo se debe a esto: usted es un mandilón por gusto, convicción y vocación. Así que déjese de falso sufrimiento, levántese del asiento, vaya con su mujer y dígale: no sabes que suerte tengo de haberme casado contigo. Si no le dan un sopapo, seguro por lo menos ganará su entrada al cine el miércoles de 2 por 1.

...y ¿a quién no le gustan los miércoles de 2 por 1? En una de esas hasta le toca su dotación de palomitas y refresco. Sí, seguro ya hasta está pensando cuál será la película que usted quiere ver. No hay duda, usted no es un mandilón de clóset, sólo es un mandilón declarado y un poco inseguro: su mujer hace muchísimo tiempo que lo sabe.

Estimado Sender: cualquier cosa que respondas SERÁ USADA EN TU CONTRA.

Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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