Un brinco: de Iztapalapa a Bracho


Cuando en este blog decimos mentiras, antes de comenzar a dar de tecladazos, por lo general avisamos.

Cuando en este blog decimos verdades, ni avisamos ni advertimos: nos vale madre y comenzamos así, a la buena de Dios.

Por eso advierto: lo que sigue, fuera del título, nada tiene que ver con Bracho e Iztapalapa, aunque sí con lo que sucede en Bracho e Iztapalapa y otros lugares, por ejemplo, mi diócesis y mi parroquia.


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Simitrio Quezada, escritor de guiones y versado en los tejemanejes de Bracho puede dar fe de lo que pasa allá. Alguien más, que haya asistido a la representación de la Pasión en Iztapalapa, podrá decir lo propio.

Desconozco ambos lugares y los sucesos acaecidos alrededor de la semana mayor. Ni Bracho ni Iztapalapa me han quedado cerca como para asistir, pero sí puedo hablar de lo que pasaba en rancherías de Zacatecas, o acá en la Diócesis de Nuevo Laredo, o en mi actual parroquia, a donde fui por la mañana a la representación del Viacrucis viviente, y de donde acabamos de regresar después de la Procesión del Silencio -previa celebración de las 7 palabras.

En la entrada anterior dejamos en claro cuál es la retorcida percepción que tiene de un montón de paja quien esto escribe, en este post daremos nombre y apellido a lo que allá se dijo.

Simple y llanamente, aunque nos pese:

a. Nada agrega ni quita asistir a la representación del Viacrucis Viviente del Viernes Santo.

b. Nada agrega ni quita encapucharse y echarse un atado de zarzas en el lomo, en la Procesión del Silencio del Viernes Santo por la noche.

c. Nada agrega ni quita llevarse a casa un pedazo de 'Pan bendito' el jueves santo, a casa por la tarde.

Lo que sí cuenta y mucho es:

1. la celebración de la Vigilia Pascual, mañana por la noche.

2. la celebración de la Cena del Señor, que fue el jueves por la tarde.

3. la celebración de la Palabra, el Viernes, hace rato.

Con el afán de atraerse la atención de los fieles -ya no se buscan nuevos 'adeptos'- la Iglesia usó hasta el cansancio de la parafernalia, con los resultados que ahora vemos. Apenas comienza uno a escarbar un poco en las razones de la fe, y no puede creerse que los fieles concedan mayor importancia a la Natividad del Señor que a la Resurrección del Señor. Aquella afirmación paulina de 'Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe' sigue siendo tan cierta como cuando el 'apóstol de los gentiles' la dijo. Toda Cristología está centrada en la Resurrección. Mas los fieles, ensimismados con su pensamiento falto de abstracción, se quedan en lo externo, buscando competir por ver quién llevará la cruz más grande a cuestas, quién se dará más chicotazos en el lomo, quien caminará más con los pies descalzos. De nada sirve ninguna de estas devociones, y ni agregan ni quitan: la Redención es algo que ya está dado, es el precio que está pagado. Y ni aunque nos dejemos matar y desollar en público agregaremos nada a eso.

La Redención en cuanto tal, es algo externo al hombre. Sufrió el Cristo, se dejó matar, y también resucitó. Todo esto, la Pasión, la Muerte y la Resurrección, me son tan ajenos y extraños como el hecho de que Slim haya desbancado a Gates en la lista de hombres más ricos del mundo: yo sigo estando igual de jodido y no tengo ni teléfono de casa.

Y este es el gran problema: lo externo, la Redención que ya ha sido dada y es ajena a los hombres, necesita ser 'merecida', esto es, una disposición especial para que obre en cada uno de los fieles, de los creyentes. Ya decía en la entrada anterior que la Gracia, mirándolo bien, jamás se desperdicia. Es como si alguien dijera que el agua del Río Lerma en algún punto del discurrir del río, se desperdiciase. El agua puede inundar los surcos de labranza, puede brotar en los pozos, puede evaporarse, tarde o temprano volverá a incorporarse a ese gran cuerpo de agua, y llegará a donde tiene que llegar: el océano.

El hombre que se cierra a la Gracia y a la Redención ya dada, no desperdicia, simplemente se abstiene. Por eso la frase aquella de 'en el pecado lleva la penitencia' resulta ser válida aún hoy día: la abstención lleva implícito el daño.

Como se vé, la necesidad de hacer que ese fiel de a pie, el feligrés de la calle, el creyente de trabajos de 48 horas a la semana, vea la dimensión de esa Redención y esa Gracia, hizo posible que florecieran cantidad enorme de ritos y rituales, de parafernalias absurdas, dejando tan mal parados a los Sacramentos envueltos en Sacramentales cada vez más sofisticados. Aquella última cena -y primera Eucaristía- fue tan simple como el solo hecho de 'partir el pan y compartir el vino' con la fórmula básica que todo cristiano conoce. De allí a la celebración actual con 'homilías' que duran incluso una hora u hora y media en algunos casos, hay una tremenda diferencia debida a estos ya casi 2000 años de vejez que cargamos encima.

Y si la Iglesia usó y se valió de esos medios para impulsar y fortalecer la fe y el sentido de pertenencia entre sus fieles, el cansancio y el abuso de tales fórmulas tarde que temprano tenía que pasar la factura: eso fue lo que sucedió con el Concilio Vaticano Segundo y esos católicos 'que no se la perdonan a Juan Veintitrés' como dijo Benedetti en El cumpleaños de Juan Ángel.

A lo que se enfrenta la Iglesia actual -y con mucho miedo, quasi terror, y la terrible desventaja de los medios y fórmulas obsoletas- es a la conciencia largo tiempo reprimida que tiende a aparecer tomando la forma del principio de la 'olla de presión': explotando y expandiéndose por todos lados. ¿Cómo decirle a los indígenas que lo mejor es que sigan creyendo en un Cristo que hablaba arameo, una pizca de griego y nada de latín, y se olviden de los cantos que los ancianos siguen medio-conservando y ya no se acuerdan muy bien de qué se trataban?

¿Cómo decirle a los mexicanos actuales que eso de la conquista fue una verdadera pendejada y que el estropicio actual se debe al hecho de que no somos ni cristianos 'de a deveras' ni 'paganos' que siguen sacrificándole prisioneros a sus dioses?

¿Cómo seguir sosteniendo un catolicismo de corte romano, cuando las atrocidades y aberraciones históricas son evidentes?

Y no soy el único con el cerebro jodido que piensa así.

Para muestras, el siguiente botón:





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Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

Comentarios

Sender Eleven ha dicho que…
Tomando en cuenta que son ustedes una secta surgida del judaísmo, han hecho muchos avances.

Y más si toda su fe se formo en base a una mentira.
Francisco Arriaga ha dicho que…
Wow! Un fundamentalista!

Vas bien, estimado Sender. Ahí la llevas.

Sigue por ese camino, y quizá en algunos 9 o 10 años podrás entender de qué carajos estoy hablando.