México en tres brochazos pinches


México vive en un apendejamiento crónico. Eso es innegable.

A ello contribuyen algunas medidas y dichos como los siguientes, sólo tres ejemplos de las pendejadas 'institucionales' de que somos capaces, y que nos constituyen justamente en uno de los países con mayor corrupción.

Pero no nos preocupemos, así como ya alcanzamos el primer lugar en obesidad en el mundo, seguro que en algunos meses llegaremos al primer lugar de corrupción mundial.


Primero: CENAdores y diPUTAdos recibieron su aguinaldo, puntualmente.

Yo no tengo ni para la cena navideña. Pero esos hijos de puta hasta pueden darse el lujo de comprar coche para comenzar 'bien' el año nuevo.


SEÑORES SENADORES Y DIPUTADOS:
¡CHINGUEN TODOS A SU REPUTA MADRE!



Segundo: Para gobernar un país hecho mierda como el nuestro, hace falta tener los güevos bien puestos, cosa que no sucede con nuestro Presidente.

Señor Presidente:

México necesita un mandatario que tenga los güevos bien puestos, no un marica que se deje sodomizar por cualquier vejete de 80 años.

Si el PRI se puso el saco es...
pues porque le queda!


Déjese de andar dando disculpas, llámele al blanco blanco y al negro, pues no lo llame, porque con semejantes precedentes, quién sabe qué pueda suceder.


Tercero:

Impulsará PRI reforma laboral sin afectar a los sindicatos.

Esta pendejada apareció hoy, a nivel nacional, en todos los periódicos. Los priístas son tan pero tan pendejos, que creen que pueden comerse la hamburguesa sin matar primero a la pinche vaca.

Señores priístas: claro que comprendemos que para ustedes los sindicatos sean intocables, porque de allí sale la marmaja que les permite seguir subsistiendo 'modestamente' después de los despilfarros de los años setenta, ochenta y noventa.

Pero no olvidemos que no se mata a Goliath de frente y con la espada desenvainada, sino de lejecitos y con una buena piedra. Si realmente quieren curarse en salud, acaben con los sindicatos, o permitan al presidente que lo haga, para que la mierda pueda así caerle encima.


¿Ochenta pinches años en el poder y no aprendieron ni madre?
¡Qué pendejadas son esas!

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Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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