Soberbia necesaria


Cuando el secretario de defensa de los vecinos del norte apuntó:

Now, I’ve heard the impact of these releases on our foreign policy described as a meltdown, as a game-changer, and so on. I think — I think those descriptions are fairly significantly overwrought. The fact is, governments deal with the United States because it’s in their interest, not because they like us, not because they trust us, and not because they believe we can keep secrets. Many governments — some governments deal with us because they fear us, some because they respect us, most because they need us. We are still essentially, as has been said before, the indispensable nation.

Está olvidando una premisa esencial: tal necesidad se basa en una justificación económica, y hace ya por lo menos una decena de años que ese mismo vecino del norte ha dejado de ser el eje sobre el cual gira el mundo.

La creciente e imparable economía china por un lado, y la cercanísima y varguandistamente eficiente economía nipona, obligan a replantearse exactamente hasta dónde es un país indispensable para otro.

La presencia militar, de infraestructura y económica sigue siendo palpable en naciones que tienen una clara desventaja frente a las estructuras vigentes en ese país, pero ahora hay quienes le sobrepasan, y a quienes ellos han de tener mucho cuidado en tratar, por muy indispensables que se piensen y crean.

El daño que Güikilíks ha hecho a la seguridad nacional norteamericana es mínimo. ¿Cuántos secretos más habrá que ni siquiera alcanzamos a entrever? Porque una cosa son los 'cablegramas' a embajadas, y otro las comunicaciones enviadas directamente a células de inteligencia de las distintas agencias gubernamentales, que ni siquiera han sido ventiladas aún. Cierto que tenemos algunas fotografías de la guerra del Golfo, que demuestra lo mucho que le importan los derechos humanos a dicha nación, pero son uno o dos cabos sueltos en el inmenso e inconmensurable entramado de la doble vida que desde siempre ha llevado esa nación.

Puede servir, no obstante, a diferentes ONG's para saber en qué dirección apuntar las antenas y qué es lo que debe vigilarse y observarse, neutralizando así las acciones en todos los campos y aspectos de dicha nación. Por eso desde mi punto de vista, el daño es mínimo: la presencia y persistencia misma de esa 'gran e indispensable nación' se mantiene sólo en virtud de pagarés con vencimiento en los próximos años.

Cuando el resto de naciones supeditadas a sus caprichos dejen de estar atadas a ellos por dichos pagarés, pactos, tratados y demás, entonces verán claramente que los principales actores de la gran comedia del mundo estarán sobre el tablado... y la nación indispensable será entonces otro espectador más.

Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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