Ambiente

Hoy me permití el ensueño.

Maravilloso panorama, haber vivido hace 25 años en Morelia, Michoacán, componiendo música y descomponiendo pianos, la lluvia de fondo, la cantera húmeda y olorosa, ese frío que cala en los huesos pero se olvida con un buen jarro de café. Desgarrándose los dedos con algún estudio de Schulhof, nada más por pasar el rato. Buscar un buen librito de la Porrúa o el Fondo de Cultura Económica y asistir al desfile de las estudiantes que salen de practicar, por la puerta grande del Conservatorio de Las Rosas. Ni atisbos ni asomos del actual internet, con la seguridad de que conseguir algún libro raro sería el non plus ultra, y que leer a Eco bien valía la pena aunque para ello tuviéramos que dedicarle un fin de semana entero.

...de repente, el pasado llega, y reclama sus honorarios.


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Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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