Que pase el desgraciado! [Porque la desgraciada se sigue quedando afuera]

En un país, donde sobreviven 43'000,000 de personas enmedio de la pobreza más inhumana e inmoral, un programa como el de Laura Bozzo forzosamente ha de tener el rating que tiene actualmente.

La guerra -cada vez más artificial y fingida, pero guerra aún- entre las dos televisoras mayores de este país, se disputó el botín que finalmente se agenció Tele-risa. La peruana nacionalizada mexicana, sale cada tarde al encuentro de los más pobres y necesitados, en una labor redentora y altruísta que mucho tienen que envidiar las organizaciones internacionales como la Cruz Roja, la UNICEF, las iglesias de todo tipo importadas de USA, y hasta los clubes de rotarios pasando por el Ejército de Salvación y los Caballeros de Colón.

Hincándole el diente a la audiencia antaño 'protegida y liberada' por el hoy muerto mas aún no enterrado programa de la Pinal, 'Mujer, casos de la vida real', el nicho televisivo que aún permanecía vacante intentó resanarse con ese bodrio del que he hablado un par de veces en este mismo sitio, 'La rosa de Guadalupe'. Pero el proyecto de la famosa rosa blanca tiene un defecto gravísimo, que la teleaudiencia no le perdonó: una ráfaga de viento y un millar de rosas blancas -muertas y sacrificadas en pos de la 'pantalla chica'- no tiene la presencia suficiente como para dar el impulso necesario y exigido en esos cuentos medianamente bien trazados, muchos de ellos con tintes de 'leyendas urbanas'. Guadalupe le da el nombre, pero se le excluye sistemáticamente de todos los episodios, y aunque dicho programa logre arrancar algunas lágrimas a los televidentes, dichas lágrimas son insuficientes para mantener el rating.

Laura en Tele-risa era una oportunidad que el junior Azcárraga no podía dejar pasar por alto. Pero importar ante los ojos de la teleaudiencia un programa nacido íntegramente de y en el morbo de la gente, donde se explota y traduce en rating y publicidad el sufrimiento de la gente, era algo que una institución tan honorable como dicha televisora no podía darse el permiso de hacer. Así que aprovechó las demandas y exigencias de la conductora que no satisfizo la televisora azteca, y ofreció a Laura 'la oportunidad' de seguir saliendo al aire, dejando en descrédito la capacidad logística de la televisora mencionada.

Seguramente, el rating del programa fue algo inesperado. La media hora extra, añadida hace un par de semanas -en un horario muy atípico, de una hora y media, cuando a Tele-risa le gustan las cifras redondas- que asegura una hora y media de transmisión, ha sido bien aprovechada por la televisora y la conductora también, quien no deja de tratar al equipo de producción como una basura -enfrente del público y con el beneplácito de la audiencia- y asegura a diestra y siniestra que es 'mexicana' como el que -o la que- más.

Pero el desenvolvimiento mismo del programa ha ido mermando uno de sus atractivos principales: la presencia de la conductora en las calles. Conforme se aumente el tiempo al aire, el material necesario para continuar con dicho programa debe aumentar también, y aunque hay 43 millones de casos posibles para ser televisados, Laura está dejando cabos sueltos, que de momento nadie toma en cuenta, pero tarde que temprano se anudarán, con resultados fácilmente previsibles el día de hoy.

Enuncio sólo uno: el caso del maestro guerrerense que se metió con una adolescente de 14 años y la llevó a su casa. No es secreto, ni allá ni en el resto del país, que en las rancherías guerrerenses los padres frecuentemente 'ofrecen' a las hijas apenas adolescentes a quienquiera que desee llevárselas. 'Si no le gusta, después me la regresa' es algo que se oye comúnmente, confiando que dicho día no llegará jamás y se desharán de la muchachita que se tornará un problema.

Al enviar 'al reportero' a entrevistar a dicho maestro, resulta que él claramente retó a quien se le ponga a enfrente, a iniciar un proceso penal en su contra. Esto en México, aquí y ahora sólo puede traducirse de una manera: tiene comprada la justicia y de antemano cualquier iniciativa en su contra no ha de prosperar. Y ya sabemos quiénes tienen comprada la justicia, así que no nos metamos en camisa de once varas: Laura topó en pared, y lo seguirá haciendo con más frecuencia conforme siga escarbando en la inmunidicia que constituye la peor parte de los mexicanos, y que es el ambiente corrupto, amoral y amarillista de los desprotegidos, quienes son carne de cañón para criminales, proxenetas, grameros, siccarios y demás.

El rotomartillo social en manos de Tele-risa y cuyo nombre es Laura Bozzo, encontró una viga de acero pensando que se trataba de concreto fácilmente perforable. Y sólo hay dos medidas a tomarse: o se intenta abrir boquete en dicha viga de acero -aunque la broca del taladro se rompa- o se perfora en otro lugar que ofrezca mayores seguridades.

Lo primero no puede hacerse: Laura es un juguete carísimo en manos de la televisora quien tiene que cuidar, a su vez, de sus inversiones. Y dicho programa es hoy por hoy, una de las más redituables.

Y lo segundo es lo más sensato a seguir: Si hay 43 millones de casos que pueden ser televisados en cadena nacional y con repetidoras de señal allende las fronteras geográficas de este país, ¿por qué no sacrificar algunos pocos casos con tal de seguir reventando públicamente las burbujas de descontento e insatisfacción del mexicano pobre -mexicano a estas alturas, promedio- con el beneplácito de la audiencia?

Laura ha comprendido que aquí al igual que en el Perú, hay casos que no tienen solución porque a nadie interesa ni beneficia su solución. Lo que menos importa es la muchachita de 14 años ofrecida a un maestro de escuela; lo que realmente importa es no trastocar el orden que permite que dichos casos sean no una excepción, sino una forma de vida y práctica corriente, que se tolera por la sociedad, enferma tanto o más que los 'supuestos malechores' quienen, finalmente, son los hijos indeseados de un país que se ha resignado a vivir con una enfermedad mortal a cuestas.
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Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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