El Moreira que dizque no moría...

Como está la situación política de México, con ese RIP que busca hacerse de la sillita inútil pero aún simbólica de la presidencia del país, no es de extrañarse este tan esperado pero poco predecible movimiento interno del partido.
La expulsión de Moreira de las fuerzas tricolores no tiene otro trasfondo que intentar fortalecer la imagen -ya irremediablemente golpeada en fechas posteriores, con ese discurso vetusto y anacrónico del Gallito Copetón- actual de un 'Nuevo RIP', que a fin de cuentas sigue atiborrando con transfusiones de sangre contaminada a los 'nuevos valores' de la política nacional [o a sus nuevas inversiones].
Los dinosáuricos dirigentes del RIP saben, como en su momento lo supo el Sanedrín, que era mejor darle mate a un solo hombre que enviar al partido completo a la guillotina. Es decir, Moreira perdió valía y tendrá que salir con sus propios recursos -cuantificables en algunos miserables miles de millones de pesos- del embrollo judicial que le acarreará la malversación de fondos que dejó en el sótano del inframundo al estado de Coahuila.
Con dinero todo es posible, probable, factible, verificable, asequible, modificable.
Con dinero es posible comprar jueces que últimamente están dispuestos a dejarse sobornar por quienquiera que tenga el dinero para llegarles al precio, con dinero se puede cambiar la voluntad de los periódicos y noticieros, con dinero se puede cambiar la imagen pública de cualquiera. Moreira no ignora que estamos en la época de la publicidad audiovisual, y que si sus tranzas y demás lo dejaron tan mal parado, fue porque no fueron lo suficientemente buenas para hacerse del favor de la bancada Priista, sobre todo cuando el partido trata de salvaguardar a coste de lo que sea a su Niño de Oro hoy predilecto.
Era necesario sacrificar uno o dos peones. Moreira se pensó en un momento dado un alfil, y resultó sólo una pieza menor, reemplazable y prescindible.
Son los nuevos tiempos y los movimientos predichos proféticamente, de un RIP desesperado que no encuentra salida más adecuada que devorar a sus propios hijos, en favor del predilecto, del único que tiene una posibilidad más que clara para hacerse nuevamente de la silla grande.
Pero si devora en demasía, no le quedarán hijos con quien disfrutar del botín... y cada miembro cercenado, le debilita muchísimo más de lo que puede advertir y apreciar a simple vista.

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Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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