Un poco de onanismo, canciones italianas, y pésimas traducciones.


Alguna vez he hablado sobre las traducciones malísimas, algunas de plano cutres, que nos toca sufrir a los habitantes de este lado del Atlántico.

Porque desde hace varios años, sobre todo en los ochentas y noventas, nos estuvieron bombardeando con traducciones chafísimas de canciones italianas muy bien escritas, que suenan a poema disléxico cuando las escuchamos.

Y quizá entre los abusones y abusivos ocupa un lugar muy destacado el papá de Alexander Acha, quien se dio gusto y buscó ajusticiarnos una y otra vez a punta de música italiana, con traducciones que van desde lo surrealista hasta lo chusco.

Advierto: este post estará plagado de videos del Yutube. Así que tómeselo con calma, y vea nomás la calaña de algunos cantantes paisanos que nos quieren dar atolito con el dedo.

De mi tierna infancia, o infancia a secas, porque de tierna no tuvo nada, había una canción que me hacía pensar, esto tiene algo raro, aquí hay gato encerrado, esto no suena a canción petatera mexicana de sarape y guarache.

'Uno de tantos', cantada por Enrique Guzmán.



Cuando leí el cartoncito del cassette, vi que aparecía el título en italiano 'Uno di tanti'.

Así, escrito como 'di'. Pésima transcripción.

El título original de esta cancioncita es 'Uno dei tanti', por eso cuando busqué y rebusqué en internet no encontré ni pista del original de esta canción, hasta esta semana que recién termina.



La versión de Guzmán se queda en una declaración calenturienta, la original es una propuesta de matrimonio. Así de lejanas.

Pero si aquello era en los 60's-70's, cuando 'la onda' de los covers estaba en lo máximo, la cosa se puso peor en los 80's, cuando los artistas mexicanos corrían 'a grabar' sus álbumes a Europa, especialmente Italia.

De allá Emmanuel se trajo un montonal de canciones, casi todas ellas éxitos una vez cantadas acá.

Una de las primeras canciones cuya música sonaba muy 'extranjera', era 'Solo voy'. La letra, ambientada en una cárcel, es uno de los poquísimos -¿quizá el único caso?- en que una canción que habla de masturbación pudo escucharse a radio abierto.

La letra dice:

'Pero la luna lo entretuvo brevemente
Suficiente para empezar a soñar
El instante más humano ha terminado
Un fantástico momento va a empezar'

¿El instante más humano, a la luz de la luna, solito y recién fugado de la cárcel? Adivínele cuál es.

Si piensa usted que me proyecté 'rete gacho', le pediré que se tranquilice, que no estamos aquí para proyecciones astrales ni bursátiles ni de ningún otro tipo.

Meter una idea, un poema en la música de otra idea y de otro poema, suena como a una segunda jugada depués de la que aquellos españoles barbados hicieron a los primitivos indígenas, vendiéndoles espejitos que cobraban en oro macizo.

El original italiano, en boca de Mia Martini, sucede en una habitación -según percibo, cerrada- que realza el 'Sólo nosotros' o 'Nosotros solos'. Amor a puerta cerrada vs. escape penitenciario.





Por si fuera poco, a Mia Martini también le hizo otro 'cover', muy decente a decir verdad, que, por la traducción medio a la letra y medio a la torera, tiene frases que detrás de una 'poesía' o 'lírica' muy refinada esconden un galimatías difícilmente aprehensible en español. Esta canción es 'Pertenezco a ti'.



La versión italiana, insuperable, tiene una fuerza y carácter que Emannuel ni siquiera alcanza a rozar.



En ese mismo álbum, hay otra canción, un cover en toda la extensión de la palabra. El texto en español es una traducción literal de la canción italiana, esta vez, a cargo de Lucio Dalla.





El hecho de traducir, así, a la letra, hace que la canción, en español sea una buena canción, pero irreal, como rodeada de niebla. Se percibe que fue escrita por 'un extranjero', o por alguien que escribía en español pensando en algún otro idioma.

Pero, ya en el camino, Emmanuel siguió haciendo de las suyas, hasta llegar a aquel chapucero encontronazo entre él y Franco, por 'Toda la vida'. Esta canción, no llega a ser un cover, sino una adaptación a medias, muy pobre y siempre por debajo del original otra vez, a cargo de Dalla.





Y lo que pudiera parecer un 'homenaje' a cualquier fan del cantante mexicano, en favor del compositor italiano, deviene en la explotación descarada de letras, músicas, ritmos e incluso, tesitura.

Es lo que sería el clímax, la apoteosis del cantente mexicano: 'La séptima luna'.



Al ser una fábula eminente visual, fue traducida al español también casi literalmente. El resultado no fue tan bueno, a causa precisamente de ese 'casi'.

En el original italiano, Dalla se permite hacer saber que el hombre aquel que se pensaba el mero jefe le tocaba el trasero a una señora.

Emmanuel no llega a tanto, y embarduna el pecho de la misma señora, quien debió pasarlo inmensamente mal si seguimos la lírica censurada de la traducción mexicana.

En una actuación para la televisión, Dalla no cambia ni un ápice la letra. Digno de verse:



[...]

1582
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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