Debí asistir a más orgías [III]

Tema II.

Mas la entropía antes mencionada no puede explicarse, entenderse, fuera de sus propias limitaciones, dictadas por las leyes de la física actual. Será poco probable -o imposible, por usar palabras del lego en tales materias- que de los cristales esparcidos en el suelo resulte una primorosa copa de cristal murano.
Inmerso en esta existencia, donde ese desorden -estructurado o no, sujeto a leyes de la física o no- se incrementa segundo a segundo, la existencia del hombre semeja una transgresión a la norma.
Tenemos lo inasible preso en los cuerpos tangibles, lo etéreo del pensamiento embadurnado de procesos eléctricos a nivel sináptico, y fenómenos tan comunes como el de la misma visión, terminan siendo ignorados por el uso casi inmediato que hacen de ese sentido, todos los seres humanos. Al igual que el pensamiento, o el acto mismo de ser concientes del propio pensar, desear, actuar.
El hombre, el ser humano, así visto, es el único ser sobre la tierra capaz de detener ese proceso de entropía, siquiera por un instante de tiempo, e incluso es capaz de anular este concepto revirtiéndolo por completo.



En la imagen, A y B son los estadios posibles y básicos, por los que a un nivel elemental e insuficiente, se pude representar la progresión de un fenómeno cualquiera, y la 'cristalización' de tal fenómeno.
En A, el círculo lineal, cerrado, representa el horizonte de circunstancias actuales. Los 4 pequeños cuadrados en el centro, desde donde parten líneas que forman 4 ángulos distintos, representan de manera burda ese proceso de entropía. Conforme pasa el tiempo, es más difícil volver al lugar de origen. El círculo punteado, es el mismo horizonte factual, prolongado hasta el infinito.
En B, el círculo lineal y cerrado también representa el horizonte de circunstancias actuales. La diferencia radica en la presencia de esos cuatro pequeños cuadrados, cuyas líneas angulares 'topan' con ese horizonte actual, y mantienen una equidistancia que perdura en y hasta el infinito.
Eso es precisamente lo que hace el ser humano, conciente e inconcientemente. Por el hecho mismo de hacer su aparción sobre la faz de la tierra, el proceso de entropía sufre una fractura titánica, y aunque el hombre por sí mismo no puede sustraerse de dicha entropía, sí echa mano, buscando y exigiendo la ayuda de alguien capaz de revertir ese proceso natural. Su nombre más común es Dios.
[...]

Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.