Idea, palabra, y sensibilería


Aún sigue maravillándome el verso de Benedetti, leído hace poco más de 20 años, que dice '...los feligreses/que no se la perdonan a Juan XXIII'. Esto, porque es difícil no percibir cuánto se perdió al arrojar por la borda el Canto Gregoriano, y dar paso a esas guitarras, acompañantes con ritmos chabacanos, de coros aún más mal formados, en el transcurso de las celebraciones católicas.

Y sobre este punto, entre más oigo una canción que escuché en otro tiempo -y desde otra situación- menos entiendo exactamente de qué carajos habla.

Ya entonces un par de estrofas me resultaban ininteligibles, por mezclar en una misma algo así como una 'confesión-petición' y en otras, una especie de respuesta, que intenta basarse de algún modo en la Sacra Scriptura.

Manifiesta tu santidad en mí,
tómame de entre lo que me dispersé
recógeme de donde me perdí
Y llévame de nuevo al corazón.

El primer verso, implica toda una ascesis cristiana. La cuestión se complica al llegar al siguiente verso, 'tómame de entre lo que me dispersé'. Es decir, que Dios haga el trabajo de buscarme entre mis distracciones y que de allí me saque. Es decir, que Dios se ponga a hacer su chamba.
El tercero va por lo mismo. Si estoy perdido, es porque no sé en dónde estoy. Pero Dios sí, por eso, que él me recoja, me encuentre.
Y el enigmático cuarto verso.

'Llevame de nuevo al corazón'. ¿De quién? ¿Mi corazón o el de Dios o el de quién?

Y aquí termino. Esta entrada se supone que debió estar lista el pasado mes de julio, pero por alguna razón me dejé como 7 entradas en modo 'borrador' que no terminé aún, así que tengo trabajo para el resto de la semana, en este blog dejado de la mano de Dios.

1627
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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