Series en serio.


Bien, seguimos sin cable en casa, así que hay que buscar en la interné lo que vaya valiendo la pena, descargando y pasando por la criba, para al final quedarse con lo que realmente vale la pena entre esa avalancha de series prefabricadas y no siempre tan afortunadas.

En este año, pude ver la segunda temporada de Orphan Black, con un cierre que engancha, y donde la historia por fin cristaliza y se siente tan sólida que sus personajes son casi tangibles. La Maslany es un caso digno de estudio, y no sería descabellado pensar que su cerebro tenga algunas características que le hacen distinguirse de la media.

Otro agradable descubrimiento: Penny Dreadful.

Ocho capítulos nada más, con otro cierre épico. Y la pregunta que ya veníamos formulándonos desde el primer capítulo: y el hombre lobo, ¿a qué horas? Y de que salió, salió.

Lamentablemente, una serie que se pensaba daría para más, ha comenzado floja, muy floja. Extant. Sin pies ni cabeza, y eso que va ya por el tercer capítulo.

Y a pesar del capital invertido, y de ese actor en común, la otra de ciencia ficción, Helix, resultó un verdadero puñetazo en el estómago. Con sus inmortales que parecían sacado del cuento aquel del tren de la carne de medianoche.

Y dos series típicamente y netamente gringas: Salem y The leftovers.

Salem es el rizo rizado, con la brujería más gringa, un anticatolicismo sincero y vociferante ("tú sabes que en Salem sólo hay una cosa que odiemos más que a las brujas, y eso es a un católico").

Y los arrebatados, un estudio sociológico sobre lo que sucedería de ver la teología y la doctrina protestante puesta en acción. A pesar de las tomas, de los ángulos, las situaciones, y eso que en principio pareciera ser un gran inconveniente -una Liv Tyler madura, que deja deliberadamente de lado aquella figura fresca y etérea de Arwen- como hacerse con una actiz quasi emblema más alejada que nunca de la beatitud élfica, puede encajar en cualquier comunidad con visiones y aspiraciones mesiánico/apocalípticas.

Da Vinci's Demons, ni qué decir. Todo un must. Y Dracula, una adaptación fresca y atrevida del clásico.

Y en el lado más light: Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D. Todo un hit, que si comienza con la bandera alta no se permite bajarla en momento alguno, y al cierre después de una veintena de capítulos, lo que se pensaba imposible -aumentar más la tensión- se logra con resultados mucho más que convincentes, dejando un muy buen sabor de boca.

Grimm se queda como siempre jugando con el espectador, y cediendo un tanto del protagonismo a esa pareja que en la vida real sería difícil que funcione como se debe. Un hombre lobo es un hombre lobo aquí y en China, y come lo que le pongan enfrente, por más que se trate de una ratoncita simpatiquísima.

Game of thrones presenta un desarrollo un tanto forzado, lineal. Le viene quedando ajustadísimo, como corsé, el plan y el limitante de los 10 capítulos por temporada, y en los últimos 3 capítulos hacen una síntesis que parece excesivamente recortada, y que para una cabal ejecución debiera haber tenido por lo menos el doble. Es decir, la temporada, con unos 14 a 16 capítulos, habría resultado muy bien librada.

Intelligence hizo agua, y dejamos de verla allá por el episodio 7 u 8, al igual que The walking dead. Quizá la retomemos pasando septiembre, más por saber cómo termina y comenzar en sintonía con la nueva temporada que por otra cosa.

Person of interest, con un arco amplísimo, sufrió un impasse con la salida de la Taraji, y era necesario hacer un 'reboot', y meter adrenalina al asunto de la Máquina, anteponiéndole un adversario que se adivina mucho menos controlado y letal en extremo. Samaritanus 'va a molar' en la siguiente temporada.

Y la nueva droga, adrelanina necesaria: Utopía.

El primer capítulo vale por sí solo una temporada completa. Era necesario y se justifica con creces al hablar de la Utopía mencionar a Aldo Moro. Un hommage en forma, era imposible no hacerlo. Ese episodio es una lección de la historia europea de los años 70. ABSOLUTAMENTE RECOMENDABLE.

Tengo en Standby la segunda temporada de 'The americans', y también estamos que se nos queman las habas por ver cómo irán a arreglárselas series cuyos pilotos prometen tanto. Constantine es una de ellas, The after la otra.

Y por último, The Black List, que también tengo en la nevera y no pude seguir después del 4to. capítulo. El tufillo de que el malote de la serie sea el padre de la detective era muy fuerte, y no he leído reseñas para no saber si sí o si no. Ya la retomaré algún día, quizá.

Como se ve, si quiere un consejo: quítese el cable de encima, y póngase a bajar de la interné todo lo que quiera y pueda. Córrale, antes de que las ordenanzas de la TELECOM nos frían los módems ADSL haciendo más rico a Slim, y jodiéndonos un poco más la vida.

Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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