December.

December.


Escuché por primera vez este álbum en 1991. Desde aquellas primeras audiciones me cautivó la complejidad sonora de Winston, la que con el tiempo pude 'visualizar' echando mano de las partituras escaneadas que hoy abundan en Internet.

Y entonces vi que lo más interesante, el detalle más curioso de su música radica precisamente en esa sencillez que en momentos parece tocar los límites de la negligencia.

Hay una anécdota curiosa de lo que sucedió con la orquesta encargada de interpretar por primera vez la 'Tabula rasa' de Pärt. Se dice que los músicos al mirar las particellas, preguntaron todos casi al unísono: '¿y dónde está la música?'. Y también se cuenta que conforme fueron interpretando, añadiendo voz sobre voz, coloratura sobre coloratura, timbre sobre timbre, se hizo la luz, se personificó la musa.

Con Winston, al ver las partituras, pregunté exactamente lo contrario: ¿en dónde quedó la música?

Es desconcertante ver su transcripción de 'The cradle' por ejemplo, donde usando los dos pentagramas la música parece un largo recitativo, con alguna apoyadura en las notas pedales sólo para dar algo más de 'consistencia' a las armonías.


Otro tanto sucede con su pieza quizá más representativa, 'Thanksgiving'.


Para quien no esté familiarizado con las notaciones musicales y los vericuetos de la interpretación, matices y demás, apuntaré que las indicaciones de entradas del pedal del piano -cuya función es crear ese efecto de 'reverberación' que es tan típico de ese instrumento- bien pudieran omitirse si el pianista es lo suficientemente diestro para interpretar con legato perfecto lo que está puesto en el pentragrama. Winston, al indicar las entradas del pedal tal, como y donde lo hace, está dando pauta al capricho del intérprete -y pensando maliciosamente, facilitando al intérprete- promedio una ejecución vistosa más que profunda, de la pieza.

Winston utiliza todos los recursos a fondo, pero sin caer en los excesos. A ello se presta el piano, que según lo que puede apreciarse en los videos que circulan también en la red, es un Steinway.

Pero esa sencillez casi negligente que ya mencioné, es lo que da tanto realce al álbum. Y pienso en 'December' como un álbum redondo, perfecto. No porque -parafraseando a Borges cuando habla de la Ilíada y la Odisea, a quienes en tiempos ya lejanos los griegos consideraban dos obras clásicas aunque no osaban pensar 'que cada verso fuese en sí, admirable'- todas y cada una de las piezas sean perfectas y redondas, sino por el aire de conjunto, de coherencia, que fluye por todo el álbum.

La duración de las piezas, el orden seleccionado para el 'track-list', hace de este un álbum que no ha perdido su frescura, y que es capaz de permitir descubrir, incluso al oyente más asiduo, alguna pequeña minucia como las que suelen brindarnos las obras que son verdaderamente grandes. 


Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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