The Leftovers: Una extensa meta-lectura de los Evangelios Sinópticos.

Existen aspectos, detalles, doctrinas, tradiciones, rituales, que son propios de algunas creencias, religiones, sociedades o comunidades. Entre estas, el 'rapto' ocupa un lugar esencial en la cultura norteamericana, y The Leftovers jugó con la posibilidad real de un suceso como tal de llegar a darse fuera de la mera especulación.

Las dos primeras temporadas abrieron un abanico amplísimo que parecía imposible de contener. Las conspiraciones gubernamentales, las explicaciones metafísicas y la elaboración teológica y filosófica, la lectura al pie de la letra de comentarios bíblicos y la ciencia más disparatada, todo contribuyó para crear una serie de personajes macizos, enteros.

Cuando se anunció la tercera temporada, la que constaría solamente de ocho capítulos y daría cierre a la historia, pensé que una empresa de tales proporciones fracasaría rotundamente. No obstante, de manera inteligente y apelando también a la inteligencia del espectador, fueron quitándose las tramas secundarias innecesarias centrándose sólo en el aspecto 'bíblico' del rapto, jugando también con la tentación de especular cómo se vería hoy día la aparición de un nuevo mesías y la escritura desde cero de una nueva serie de 'evangelios'.

No es algo banal.

Estuve casada con Kevin quince años. Revisaba todas las despensas buscando las copas de vino. Tiene un tatuaje mal deletreado y defeca cuatro veces al día. Así que me niego a creer que sea la Segunda Venida de Cristo.

Nora Durst no puede darse el lujo de ser una segunda Magdalena. Y curiosamente, es ella quien finalmente es capaz de salvar el mundo tambaleante que se sitúa en un futuro que puede acaecer dentro de quince, veinte, cien años.



Las ausencias sólo son tales cuando cedemos a la resignación. Y la redención, esa salvación tan omnipresente en los evangelios sinópticos y tan escasa en las calles, sólo podrá alcanzarse cuando hayamos hecho lo propio: ser capaces de reconstruir el mundo desde cero, pensando y anteponiendo a los demás sobre nuestra propia existencia e intereses.

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Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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