Алекса́ндр Никола́евич Скря́бин.

El preludio y el nocturno, Op. 9.

Mark Ainley publica en su cuenta de Facebook una entrada, con una grabación amateur de Horowitz tomada del concierto del 6 de noviembre de 1977 en Chicago.

Horowitz es impecable. Interpreta solamente el preludio, y al tratarse de una obra del repertorio exclusivo para la mano izquierda donde las limitaciones técnicas -a la par que las posibilidades que esto mismo ofrece- hacen que, visto desde la perspectiva del compositor, tenga que paliarse el inconveniente de sobreponer la melodía al acompañamiento sin que se 'noten' los quiebres debido a los alcances fisiológicos inherentes a la mano izquierda, la limitación temporal que implica saltar en cualquier intervalo que supere la décima y ni qué decir cuando es necesario reforzar el acompañamiento con octavas mientras la línea melódica se bifurca en dos o más líneas cantantes.

El preludio es una muestra de ello, aunque el nocturno adolece de ciertos detalles que, personalmente, me han conmovido bastante.

En el primer compás [A], Scriabin se permite una ligadura para duplicar el F3, en lugar de permitirse el descenso desde F3 hasta Db3. La razón: esto obligaría al pianista a dar un salto de una doceava [Db3-Ab4] para mantener un legato en una corchea que finalmente obliga a dar un salto a la dieciseisava [Ab4-Ab2], y por si esto fuera poco, a sostener el legato después de un descomunal salto desde Ab2 hasta F5.

Otro ejemplo de la exigencia técnica es el quiebre práctico de la ligadura Bb3-Bb3 que aparece en el pentagrama de F, mientras que el acorde Bb3-Gb4-Bb4 retoma el Bb3 en el pentagrama de G, para anticipar la serie de notas dobles que aparecen en el acompañamiento a partir del cuarto compás.

Scriabin no utiliza el recurso del 'arpeggiato' para solucionar el 'problema' ya mencionado en ese primer compás. El nocturno y ese 'legato' obligatorio, no lo permiten. Scriabin se somete y deja que la música se adueñe del pentagrama, sometiendo la exigencia física y virtuosística a la melodía y finalmente, a la esencia misma de la forma.

1705
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.