The northman. Un retrato ambiguo y pobre de una caricatura apenas bosquejada.

Amleth.

Un nombre con una tradición, un apabullante cúmulo de referencias y referentes a cuestas, echado sobre los hombros de un actor atrapado en un guion va desmoronándose minuto a minuto mientras el filme transcurre: tal es 'The northman', una producción presuntuosa y manierista, que no logra convencer ni como epopeya ni como apología de la venganza como justicia o de la justicia como predestinación dictada por los dioses.

Quizás, en los 120 minutos que dura el filme, hay una sola frase que reluce -y es una frase tangencial, que bien valdría una búsqueda en viejos libros y crónicas empolvadas- y que es una 'definición' casi descarnadamente exacta.

Refiriéndose a los cristianos, se les echa en cara que 'su dios es un cadáver clavado a un árbol'.

El filme adolece escenas copiadas -o si se quiere, 'calcadas'- literalmente de otros muchos filmes que no viene al caso mencionar aquí. Si el poco probable lector y visitante de este blog olvidado en la red de redes, quiere dar una oportunidad a este filme, advertido está: no encontrará satisfecha ni la curiosidad ni el morbo y tampoco saldrá de la sala de cine o dejará su sillón con una pizca de 'conocimiento' sobre razas, pueblos, historias lejanas y ajenas. Nada de eso. Sólo una idea que quizás, esbozada sobre el papel, era deslumbrante y preciosa, pero al querer llevarse al plano de la imagen resultó impostada y falsa, como esos afeites barrocos que frecuentemente hacen su aparición en la poesía de ese mismo tiempo.

1748.
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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