Sobre la 'Piano Sonata' de Ireland, interpretada por Tom Hicks.

Hoy descubrí, gracias a Tom Hicks, la 'Piano Sonata' de John Ireland. Escuché con curiosidad e inmediatamente después, con atención, esos tres movimientos marcados por el encanto desenfadado que es casi el sello distintivo de la producción pianística del primer cuarto de siglo del ahora ya también lejano siglo XX.

La obra es un todo compuesto y dividido en varias secciones, que acercan la pieza a las formas y armonías de Glass, Nyman, de las primeras piezas para piano solo de Pärt, manteniéndose conscientemente casi al margen de las influencias rusas de Rachmaninov y Scriabin o Prokofiev -por mencionar compositores cuyos estilos son inmediatamente reconocibles-.

Y a pesar de ese desenfado encantador que ya mencioné, hay una veta lírica que subyace y brinda coherencia a la obra en sí; se transpira un arecillo impregnado de tierra y cielo, dejando entrever la añoranza del terruño, el amor a la patria.

Incontables veces se ha mencionado que varias obras literarias que se consideran perfectas y cuya principal característica es la de poseer una 'espontaneidad' innegable que les permite una cercanía con el lector y el hombre 'de a pie', sufrieron un proceso de edición que las llevó a ser reescritas innumerables veces antes de vestirse la forma que poseen actualmente.

No tengo el dato exacto ni mayores detalles que puedan arrojar luz sobre esta obra, al llegar al final y observar la partitura que puede encontrarse en IMSLP, ví con asombro y admiración la nota mínima, apenas visible que reza: "Chelsea: October 1918 to January 1930".



Guardando la distancia y todo lo que haya y deba guardarse, comprendo y entiendo que una obra pueda requerir diez años o más para su revisión y reescritura; a título personal, el proceso que hizo mudar la 'Sonata para seis instrumentos' en la 'Musica concertante per molti strumenti' requirió el sacrificio de ideas, motivos, líneas melódicas y más, echando mano de la experiencia y estudio -juntamente con el análisis-, de lo ya escrito -y también las innumerables horas de escucha de obras cuyos autores consagrados constituyen mi Panteón personal-.

La interpretación de Tom Hicks hace justicia a la obra. Mesurado y fiel, también le suelta la hebra a la cometa en los pasajes donde se requiere que aflore el sentir dibujado en el pentagrama.

[Nota: a punto de publicar esto en el Qvodago, leo las notas del libretito que acompaña la versión digital del album. En el mismo se menciona que la Piano Sonata de Ireland fue escrita entre 1918 y 1920. No tengo en este momento la forma de discernir cuál de los 2 datos es erróneo, si la impresión que aparece al final del score digitalizado por IMSLP, o las notas musicográficas del libretito.]

1759
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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